Por: Juan D. Villa Romero - Venezuela está intimidada por los efectos negativos del cambio climático y, en este contexto, demanda un nuevo paradigma que equilibre productividad, urbanismos y hábitat con la realidad de nuestra madre naturaleza.
Los desastres climáticos como lo ocurrido en zonas de nuestra Venezuela, específicamente en Las Tejerías, en el oriente del país o en Hoyo de La Puerta y Santa Cruz del Este del municipio Baruta, entre otros sectores, obedecen a un incremento acelerado de población ubicada en lugares altamente expuestos a las amenazas naturales, mala planeación de infraestructura, vialidad en mal estado y falta de consideración del riesgo de desastres en los procesos preventivos y correctivos que deben hacerse con toda seriedad como el dragado, limpieza y canalización de ríos, quebradas, así como también, el levantamiento o refuerzo de muros de contención cerca de zonas críticas como lagos.
Resulta imprescindible dar un paso más allá del abordaje coyuntural que demanda un desastre una vez ocurrido, para enfocarse en la gestión del riesgo. Esto implica replantearnos el desarrollo y promover la resiliencia para minimizar las consecuencias de los posibles desastres naturales. En fin, urge anticipar los hechos y, para esto, es fundamental conocer los índices de amenazas y de vulnerabilidad de las regiones.
Las pérdidas por desastres están íntimamente vinculadas con factores como la pobreza, malos servicios públicos y otras condiciones especiales de precariedad como las zonas inundables y pendientes inestables donde impactan los fenómenos naturales de forma más directa hacia nuestra gente.
El Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 es un acuerdo global de 15 años para reducir, prevenir y ofrecer respuesta a riesgos en todo el mundo. Tiene como propósito fortalecer la resiliencia social y económica tras los desastres causados por peligros naturales, biológicos y tecnológicos, y que se ven exacerbados adicionalmente por extremos climáticos o fenómenos de evolución lenta.
Adoptado por los Estados Miembros de las Naciones Unidas en la Tercera Conferencia Mundial de Naciones Unidas en marzo de 2015, este importante Marco reconoce el rol primordial del Estado en la reducción de los riesgos de desastres a la par que se pone de relieve el hecho de que la responsabilidad debe compartirse con los gobiernos locales, el sector privado y otras partes interesadas.
Desde Unidad Visión Venezuela llamamos a que sea implementado fielmente este importante acuerdo mundial «suscrito por nuestro país» que nos puede ahorrar los traumas o afectaciones que vemos hoy. Que se aborde con hechos concretos la reducción de los riesgos mediante la disposición de obras eficientes y la correcta prestación de los servicios públicos; y esto solo es posible, con verdadera voluntad política, disciplina de quienes han sido electos por nuestro pueblo y convicción de que hay que hacer las cosas honestamente pensando en la gente y no en los intereses individuales. Rodearse del mérito y dejar atrás las llamadas «palancas» que son parte de los factores que al día de hoy perjudican la ejecución normal o mantenimiento de las distintas infraestructuras.
En resumen, nuestra invitación es a que rememos juntos a las ciudades inteligentes y dejemos atrás el tercermundismo de hoy, es el reto que proponemos para que sea letra viva y eficaz el Marco de Sendai.
Juan Villa Romero es Político. Secretario Juvenil de Unidad Visión Venezuela.
FUENTE: Artículo de Opinión - Twitter e Instagram: @jdiegovillave
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