domingo, 18 de marzo de 2012

Puerto La Cruz: Antes las rumbas eran bien buenas

“Durante mi juventud las mejores rumbas de la zona norte de Anzoátegui se realizaban en Puerto La Cruz. En las calles de su casco central había restaurantes, areperas, heladerías, discotecas, tascas y todo tipo de locales en los que la gente podía divertirse al terminar el día; el Paseo Colón era un variopinto abanico de opciones gastronómicas y de solaz que se adaptaban a todo bolsillo”.
Beatriz Santoyo, educadora jubilada y comerciante, reconoce que durante esos días las calles portocruzanas eran un paraíso en el que nombres como El Rincón del Bucanero, Dionisios, El Séptimo Cielo,12 y 33, El Guatacarazo o el Paseo Colón y sus restaurantes-tascas, formaban parte de los sitios de encuentro durante las noches de fin de semana.

“Era otra sociedad, otros tiempos y por ende otros locales. Uno de mis favoritos era Dionisio Discotheque, que estaba ubicado en la avenida 5 de Julio, casi llegando a Guaraguao, cerca de la panadería Arrecife. El sitio era bonito, muchos decían que era una ‘chochoteca’, es decir que iban los viejos con el levante de turno a parrandear”.

Con la llegada del disco music el ambiente de este local nocturno cambió, según relató esta madre y abuela de 60 años de edad, quien explicó que el ambiente antes oscuro y cómplice se llenó de centelleantes luces estrobóscopicas y de colores para abrir paso a la juventud que disfrutaba de bailar en grupos.

“Fue una época dorada. A una cuadra del hoy Paseo de la Cruz y el Mar estaba un sitio que se llamaba La Cuarta Dimensión, la atención, la música y el ambiente eran muy buenos, mucha gente compartía, nadie se metía con nadie, salíamos a las 5:00 am, y tranquilamente nos íbamos a comer arepas o un “nervioso” (sopa) en Las Tres esquinas, en la avenida Municipal, cruce con calle Maneiro”, explicó.

Un sitio de historias

Al lado de Beatriz estaba sentada su vecina Luisa Amarista, quien con 57 años, dos hijos y cuatro nietos, narró que en “esos tiempos” su sitio de encuentro por excelencia era El Guatacarazo, un local ubicado en el antiguo Paseo Colón, que fue fundado por un comerciante visionario llamado Jorge Alvarado, quien falleció en un accidente automovilístico.

“Corría el año 1982 y todo en ese local era diversión. Durante el día era un sitio de ambiente familiar, con un variado menú, pero a medida que avanzaba la tarde y entraba la noche daba cabida a shows para adultos, llenos de picardía y color”, recordó.

Con tragos emblemáticos como el “chaca-chaca”, que era servido en una concha de coco y con una pequeña luz de bengala a un lado o la posibilidad de ser atendido por Popeye, Batman, Superman o Pluto ,el establecimiento se convirtió en un punto de referencia cuando de fiesta se trataba.

“Hubo una ocasión en la que asistí con un grupo de amigos y quien en ese entonces era mi novio, y él cuadró a mis espaldas con uno de los meseros, que vestía un traje de fraile, para que nos casara en ese instante. El hombre hasta detuvo la música para realizar la ceremonia, fue un instante muy divertido”, expresó esta ama de casa.

Ambas entrevistadas coincidieron en que durante esos años dorados el mayor emblema del entretenimiento era el Paseo Colón.

“Era un espacio al aire abierto en el que sin importar la hora podías reunirte con tus amigos, si alguno bebía más de lo debido, pues se dormía dentro de un carro con los vidrio abajo o a la orilla de la playa y nadie lo molestaba. Podías comprarte una pizza en L’Atarraya o degustar de una fresca langosta en Edwards. Era un lugar mágico, repleto de gente de todo el país y de turistas extranjeros”, recordó Santoyo.

-¿Por qué dejaron de madrugar en la calle? ¿Qué sucedió con esa generación fiestera?

-Tú lo has dicho, es un asunto de generaciones. Para nosotros la juventud pasó y comenzamos a dedicarnos a nuestro hogares, el dinero se hizo cada vez más difícil de conseguir, las prioridades cambiaron y la inseguridad poco a poco nos obligó a llegar más temprano.

Lechería de juerga

Luego del auge noctámbulo que acompañó al municipio Sotillo durante la década de los 70 y 80, Lechería recibió el testigo como destino favorito de los juergueros del norte de la entidad.

“Cuando el puerto era una lumbrera de diversión con sitios como el hotel Meliá y sus fiestas, las noches de Jazz de Chic & Choc, el desenfreno de Parranda, La Cabañita, El Guacatacarazo, Lechería sólo se conformó con ser una ciudad moderna, un espacio de ensueños para vivir, pero la colonización del municipio Urbaneja trajo consigo nuevas alternativas para el festejo”, relató Josué Salgado, de 45 años de edad.

La construcción de los flamantes centro comerciales trajo consigo la consolidación de espacios de esparcimiento adulto en los que la música, luces, bebidas y buena compañía marcaban las horas de oscuridad.

“En esa época de transición, que coincidió y prosiguió a la demolición de los locales del Paseo Colón, surgieron nombres como Bayside (CC Caribbean Mall), Titanic, L’ Inferno (CC Plaza Mayor), Mr. Rabitt (CC Bulevar) o Swing (en la marina Américo Vespucio) donde la fiesta era la orden de cada noche de fin de semana”, explicó este diseñador gráfico.

“Las discotecas y restaurantes elegantes quedaron para quienes tienen mayor poder adquisitivo. Cuando eres un estudiante debes resolver dónde rumbear de forma colectiva, está de moda hacer una vaca, llenar una cava de hielo y pararse a conversar e incluso a bailar en sitios donde se pudiese”.

Con 22 años de edad y un séptimo semestre de ingeniería aprobado, Hugo Cabrera explicó que esta es una tendencia cada vez más popular entre quienes no tienen dinero para pagar un servicio de bebidas en cualquier centro nocturno.

“Cualquier viernes o sábado salgan a ver sitios como el Paseo de la Cruz y el Mar, el CC Dadaven (Av. Intercomunal), o las costas de playa Mansa (Lechería) y podrán ver dónde se desarrolla la rumba, tempranera y prudente, pues la inseguridad manda”, dijo.

Hasta el amanecer

Lucía Gómez, jubilada del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales, recordó con nostalgia que hace por lo menos 30 años se disfrutaba de animadas fiesta en diversos locales portocruzanos. Con 57 años de edad narró que sus mejores fiesta de rumba transcurrieron en la barra restaurant El Guatacarazo. “Por mucho tiempo fue el sitio por excelencia para salir a disfrutar con los amigos. Era algo fuera de lo común: lo mesoneros te atendían disfrazados había uno que vestido de monje se casaba en el sitio y los tragos tenían nombre como Fantasía de amor o chaca-cha, era algo bien novedoso”, explicó.

Ícono local

Construido durante la década de los 80, el “Pirata Morgan” es una estatua realizada por el escultor autodidacta de origen alemán Hans Angenendt. La figura de este bucanero bonachón adornó durante años la fachada de la tasca restaurant El Rancho del Tío, uno de los negocios emblemáticos que funcionaban en el antiguo Paseo Colón, en dónde los comensales de la comida mediterránea deleitaban sus paladares.

Una avenida muy movida

La avenida 3 del casco central portocruzano, muy cerca del antiguo Paseo Colón, era frecuentada constantemente por quienes disfrutaban de las fiestas animadas y la gastronomía variada, locales ya desaparecidos como El Brasero Grill o el célebre Guatacarazo hacían que durante las 24 horas del día hubiese vida, música y tertulia en esta calle.

Sabor y ambiente

A orillas de la bahía de Pozuelos, en los predios del antiguo Paseo Colón -hoy Paseo de la Cruz y el Mar-, estaba ubicado el restaurante Fuentemar que además de comida mediterránea y todo tipo de bebidas, ofrecía a sus comensales un ambiente chic que durante las noches era muy frecuentado por todo tipo de personas. Este sitio era parte del circuito fiestero creado entre las décadas de los 70 y 80.

Fiesta en la calle

Ante la imposibilidad de muchos de pagar un servicio de bebidas en una discoteca u otro centro nocturno los estacionamientos de los centros comerciales. “Es una gran forma de salir con los panas, a mi me gusta ir a Lechería, en las cercanías de playa Mansa uno se puede estacionar, pero sin hacer mucha bulla, pues es una zona residencial, y entre las 9:00 y 11:00 pm la policía comienza a retirar a la gente”, explicó Israel Mata, un estudiante de 21 años.

FUENTE: Martín Carbonell - http://eltiempo.com.ve

3 comentarios:

  1. Buenas noches... A principios de los 80, al final del Paseo Colón, llegando a la Cruz y de la misma acera del Hotel Gaeta, había un restaurant muy famoso y costoso; super chick… Almorzar o cenar en él era lo máximo... Por casualidad alguien recuerda cómo se llamaba?

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