
En el mismo lugar, Cecilia Moreno esperaba su turno cuando se dio cuenta de que su celular ya no estaba en su bolsillo, “¡Me robaron el teléfono!”, comenzó a gritar, pero el resto hizo caso omiso a su pérdida.
Inés Marrero, de 68 años de edad, comentó que hace unas semanas se dirigía a pagar, cuando notó que su monedero ya no estaba en su cartera. La sexagenaria no sólo se quedó sin dinero, sino también sin sus tarjetas y papeles personales.
Habitual
Consumidores señalaron que este tipo de eventos es habitual en las colas. Explicaron que la cantidad de personas amontonadas, el cansancio, el hambre y la ansiedad por entrar a los expendios le facilitan la tarea a quienes aprovechan la situación para robar.
“Antes se podía ver quién era malandro, ahora no, todos nos vemos iguales, y algunos pensamos que todos estamos en la misma situación, intentando comprar algo de comida, pero no es así”, agregó José Gregorio Aguilera, discapacitado y adulto mayor quien aseguró haber sido víctima de delincuentes en repetidas ocasiones.
Madrugonazo
A partir de las 2:00 am llegaron a Limpiatodo de la calle Sucre, Unicasa de la avenida Bolívar y Central Madeirense de la avenida Municipal de Puerto La Cruz los usuarios que salían con sus compras de los mencionados comercios a las 11:00 de la mañana.
Quienes se presentaron después de las 6:00 am estimaron que pasarían a comprar después de las 3:00 pm, debido a la gran cantidad de gente en espera.
Los que llegan en horario de oficina van bajo su propio riesgo. “A veces puedes comprar al final de la noche, pero a veces no. Depende de cuánto producto haya. Mucha gente sale de su trabajo directo para acá (Central Madeirense) y se van con las manos vacías”, relató un usuario.
Las largas colas del día de ayer estuvieron motivadas a que los principales comercios de la ciudad tenían productos regulados a la venta.
Limpiatodo vendió salsa de tomate, mayonesa y pañales de niño talla G.
Unicasa y Central Madeirense sacaron margarina de 1 kilo, arroz y harina de maíz.
Seguridad
Los cuerpos de seguridad del estado hacen acto de presencia en los establecimientos comerciales de forma frecuente. Sin embargo, los usuarios alegan que no se sienten protegidos por ellos e incluso han hecho denuncias de abuso de poder.
FUENTE: Arianna De Sousa - http://eltiempo.com.ve