Cerca de las 5:00 de la tarde de este sábado, la espera terminó. Miembros de la Diócesis de Barcelona, devotos de la Virgen del Valle y cuerpos de seguridad recibieron la santa imagen con honores, en su primera visita oficial a la entidad.
Cohetes, aplausos, alegría, fe y devoción se unieron para darle la bienvenida a “Vallita”, como la llaman sus hijos.
Varias lágrimas de emoción corrieron por las mejillas de algunos feligreses durante el recibimiento de la imagen auténtica, proveniente del santuario del Valle del Espíritu Santo, en la isla de Margarita.
Desde muy temprano los católicos se apostaron en el Paseo de la Cruz y el Mar (antiguo Paseo Colón) en Puerto La Cruz, para cantar, orar y compartir como hermanos, este acontecimiento.
Horas antes de su llegada, los fieles guiados por las Hermanas de Los Sagrados Corazones, que realizan su obra religiosa en el Barrio Universitario, rezaron el Santo Rosario y un Padre Nuestro para pedir por la salud de los enfermos.
Mensaje de paz
Monseñor César Ramón Ortega, obispo de la Diócesis de Barcelona, dijo que la presencia de la Virgen trae esperanzas a todo el pueblo anzoatiguense.
Luego de la bienvenida, inició la eucaristía, acompañado por la mayoría de los representantes de las distintas parroquias de la zona norte y de varios municipios del sur y oeste de Anzoátegui.
“Ella (la Virgen del Valle) viene a acompañar a su pueblo. Estará por todos los rincones del estado para brindar la paz que tanto necesitamos en estos momentos”, dijo Ortega.
Al finalizar la misa, la imagen fue llevada en procesión por las calles del municipio porteño, hasta llegar a la parroquia Divino Niño Jesús, en Los Cerezos, donde permanecerá hasta su próxima salida a las demás parroquias de la zona metropolitana. Luego partirá hacia Soledad, El Tigre, Guanipa y otras localidades.
Monseñor Carlos Viña, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe, en el sector Buenos Aires de Barcelona, destacó que la visita de la Virgen del Valle, en el marco de la celebración de los 100 años de su canonización, representa el encuentro cercano de un pueblo con su madre.
“Es una oportunidad para que el pueblo oriental le dedique lo mejor de sus oraciones y lo mejor de su fe en Dios”.
FUENTE: Érika Marcano Román - http://eltiempo.com.ve
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