Así explica que la regla primera consiste en “Respetar las reglas del juego. Que en materia de procesos electorales significa acatar el veredicto de las urnas, es decir, que el que obtenga más sufragios en un sistema donde se gana por mayoría simple, se impone. Así sea por un solo voto”.
Esto que representa el pilar del sistema democrático-electoral, no lo es sin embargo para determinados sectores, para aquellos que “posan de demócratas, y en el fondo insurgen contra la democracia (…), que pretenden aprovechar los procesos electorales, acumular fuerza, y luego, volcar ésta contra las instituciones”. Existe una sola certeza con ellos: “El desconocimiento de cualquier resultado adverso está siempre en su agenda”.
José Vicente Rangel explica entonces que este es uno de los rasgos centrales de la oposición en Venezuela: “Me refiero a lo sucedido con todas las elecciones a partir de 1999: los referendos, las parlamentarias, y presidenciales, fueron impugnadas con argumentos banales, con ridículas denuncias de fraude”.
La razón es clara: “El cuestionamiento es político. No se funda en el respeto a las reglas del juego”. Esto se volvió a expresar en las elecciones presidenciales del 14 de abril: “La ventaja de 300 mil votos de Nicolás Maduro sobre Henrique Capriles, es suficiente para acreditar un vencedor en cualquier país”. La derecha desconoce los resultados sin “pruebas contundentes, indicios claros”.
El periodista ubica la base de esta situación en la tradición que proviene desde la IV República: “En el fondo, el problema reside en que la estructura de poder del puntofijismo que controló durante cuatro décadas a Venezuela, nunca aceptó que en el contexto democrático otros factores –en este caso el chavismo- asumieran la conducción del país e implementaran una política propia, diferente”.
De esta manera, José Vicente Rangel explica que el problema “no es cuantitativo –sobre una diferencia-, sino de una concepción política inspirada en la derrota del adversario, que irrespeta las reglas sin importar las consecuencias de ese desprecio a la democracia”.
La conclusión es “alarmante”: “las elecciones, en ese contexto, pudieran convertirse en campo minado. En un cruento escenario”.
| FUENTE: http://laiguana.tv |



