viernes, 14 de septiembre de 2012

"Don Chente" brindó un extenso adiós en Caracas

Maratónico. Así fue el concierto de despedida del Rey de la Ranchera Vicente Fernández la noche de este jueves ante un poco más de 3.500 personas que se dieron cita en el estadio de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, y que en todo momento se mostró entusiasta a pesar de los 45 minutos de retraso, cuando el inicio estaba pautado a las 8:00 de la noche.
Pero antes de que el intérprete mexicano se montara en la tarima para cantar emblemáticas rancheras como Sigo siendo el Rey y Que te vaya bonito, Trennors, cuarteto venezolano de pop lírico, se apoderó de la tarima a las 8:45 p.m. para interpretar durante media hora algunos temas como O sole mio.

Luego, unos 15 minutos más de espera, que los presentes aprovecharon para tomarse fotos con sus sombreros de charros, otros con coloridos ponchos o con las franelas que habían estampado para la ocasión con una foto del cantante de Guadalajara.

Otros aprovecharon para comprar los sombreros de vaqueros que vendían en el recinto por un "módico" precio de Bs 100 ó 200, y así estar más acordes con la ocasión.

Finalmente, a las 9:32 de la noche inició el espectáculo de las rancheras con Vicente Fernández Junior quien calentó los motores con Sin papeles, Viva quien sabe querer, Un puño de tierra y Secreto de amor.

A las 9:55, con el sonar de las trompetas entró al escenario el mexicano, quien prometió cerrar un ciclo de 45 años de carrera.

Vestido de mariachi, con su inigualable cabello blanco, pobladas cejas negras y singular bigote, también negro, advirtió: "Mientras ustedes no dejen de aplaudir su Chente no se retira", advirtió antes de brindar un extenso concierto de un poco más de dos horas y media.

Comunicativo. En todo momento habló, agradeció y hasta lanzó peticiones, como un estadio a oscuras para que el público iluminara con sus celulares mientras de su potente voz salían los versos de Sublime mujer.

Otras veces se llevó las manos a las orejas, lo que era el indicativo para que los presentes continuaran la canción. El público, en todo momento y sin descanso, se mantuvo de pie, gritó con ganas: "¡Grande Fernández!" y cantó a todo gañote tantísimas piezas como Nunca me olvides, Secreto de amor y especialmente Estos celos -entre muchísimas más- con un vaso de whisky o vino en mano.

No faltaron los momentos en los que "Don Chente" recibió algunos de los tantos regalos que su público le llevó. Un chinchorro, flores y algunas bufandas con el nombre de Venezuela tejido.

Con Ánimas, la cual interpretó junto a su hijo Vicente Fernández, se acercó uno de los tantísimos instantes más emocionantes de la noche, cuando con el micrófono, a un poco más de un metro de distancia, cantó la última estrofa de Entre nos e inmediatamente recibió varios minutos de ovación, con aplausos y gritos cono ¡Vicente Vicente Vicente! o ¡Chente Chente Chente!, lo que provocó unas cuantas lágrimas en el invitado.

"Yo soy un cojonudo, porque más de una vez he tocado fondo (...) pero siempre busqué brindarle mi mejor sonrisa a mi público, y mis problemas los deje siempre en el camerino", explicó mientras sus ojos se mantenían aguados.

Nunca me olvides, Estos celos, Nuestro Juramento Mujeres divinas y Una noche como esta fueron algunas de las canciones que formaron parte del extenso listado y la larga velada que trató de resumir la huella que ha dejado el Rey de las rancheras en Latinoamérica y más allá de las fronteras.

Maratónico, pero válido cuando se trata de una carrera que inició en 1967 y, según él, finaliza el presente año. "¡Gracias por todo Caracas bonita!", exclamó el artista quien no pasó sin la interpretación del Alma Llanera.

FUENTE: LORENA TASCA - http://www.eluniversal.com

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