La prensa internacional se ha encargado de presentar al candidato presidencial Henrique Capriles Radonski como el abanderado de las ideas de centro izquierda en Venezuela. El lema del "autobús del progreso" ha sido utilizado por algunos medios como la nueva imagen de la política "progresista" en el país. El afiche de campaña reza: Abajo y a la izquierda.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), y especialmente el partido Primero Justicia (PJ), quiere echar tierra sobre su orientación ideológica y presentarse como una opción política novedosa: "al huracán del futuro no lo detienen", ha asegurado en más de una ocasión el candidato de la oligarquía venezolana.
Pero este huracán tiene sus orígenes en los aires fríos del sector empresarial. Primero Justicia nació de una estafa a la estatal petrolera venezolana. Aunque la MUD se niegue a hacer promisión de su programa económico neoliberal, sus "amistades" en la escena internacional la delatan.
Tan sólo hace un par de días arribó a Caracas el presidente de la alianza de derecha argentina Propuesta Republicana (PRO) en Santa Fe, Miguel Torres del Sel, quien vino de parte del actual jefe de Gobierno de Buenos Aires, Mauricio Macri, ejecutor de los recientes cierres de psiquiátricos y de los recortes al sector educativo argentino.
La "visita" de Torres de Sel estaba en la agenda de Julio Borges, presidente de PJ y diputado de la Asamblea Nacional; Carlos Ocariz, alcalde del municipio Sucre (PJ) y Antonio Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas.
Capriles también cuenta con "defensores" fuera de las frontera venezolana. Uno de ellos es el expresidente colombiano Álvaro Uribe, quien ha convertido su cuenta en la red social Twitter en una trinchera para agredir al gobierno de Hugo Chávez y manifestar su "admiración" por el candidato de la derecha venezolana.
"Henrique Capriles es una extraordinaria opción de valores democráticos" contra el "opresor que ha maltratado a Venezuela durante tantos años", afirmó en mayo el exmandatario que finalizó sus dos periodos de gobierno con más de 3.000 casos de ejecuciones extrajudiciales.
El candidato de la derecha rápidamente salió al quite y le pidió a Uribe que no se metiera en los asuntos internos del país pero la frágil unidad de la derecha venezolana se vio quebrada el pasado 14 de julio cuando el veterano de Copei Oswaldo Álvarez Paz protagonizó un encuentro en la frontera con el expresidente neogranadino.
La MUD también ha probado suerte más allá del suelo venezolano. A principios de septiembre, el secretario ejecutivo de la coalición de derecha, Ramón Guillermo Aveledo, cerró una gira por el sur del continente con una reunión con los expresidentes chilenos Patricio Ailwyn Azócar, Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Ricardo Lagos.
Ailwyn Azócar fue uno de los acérrimos opositores al gobierno socialista de Salvador Allende y Frei Ruiz-Tagle militó en el Partido Demócrata Cristiano, la organización política que estuvo al tanto del golpe de Estado del 73. La lista la cierra Ricardo Lagos, responsable de la sistematización del terrorismo de Estado contra el pueblo mapuche, bajo la "Operación Paciencia".
Desde España, también han provenido espaldarazos a la MUD, especialmente del ex jefe de Gobierno, José María Aznar y el Partido Popular (PP). En febrero los dirigentes Julio Borges, Omar Barboza, de Un Nuevo Tiempo (UNT), y Luis Ignacio Planas (Copei) fueron fotografiados con integrantes del partido que actualmente protagoniza los mayores tijeretazos al presupuesto público de la historia de la nación europea.
FUENTE: AVN
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