lunes, 30 de abril de 2012

La única playa de Barcelona y está fea

Las olas del mar rompen prácticamente en el patio de sus casas, lo que no les agrada en lo absoluto a sus habitantes, porque el olor del agua es nauseabundo.
Los que viven en el sector Maurica padecen este problema desde hace más de 20 años.
Todas las aguas negras de Las Casitas, Brisas del Mar y la avenida Cumanagoto “desembocan” en la playa.

Para colmo, en la entrada de la comunidad hay un canal que tiene de todo un poco. Botellas de plástico, sedimentos fecales y animales muertos sobre los que vuelan moscas y zancudos. Martha Amaricua cuenta que los obreros de mantenimiento de la alcaldía y la gobernación nunca han pasado por las calles de Maurica. “Eso parece un basurero municipal”.

Amaricua denuncia que durante los 10 años que tiene viviendo en esa comunidad se ha acostumbrado a estar entre escombros, aunque no pierde la esperanza de que esa zona se conviertan en una zona turística.

En la redoma

Otra cosa que preocupa a la señora Martha es que los carritos por puestos no pasan por el sector debido al mal estado de la calle. Incluso para ir a la escuela, los niños tienen que caminar un trecho “larguísmo bajo una pepa de sol para poder ir a estudiar. Y en las noches los delincuentes hacen lo que quieren, amparados en la oscuridad, porque el alumbrado público brilla por su ausencia”.

Ederid Linares tiene 30 años y siempre ha vivido en Maurica. Es pescador y le encantaría que le echaran una manito a la comunidad.

“Si por lo menos la calle estuviera alumbrada, los malandritos que se meten para acá de noche se podrían identificar y denunciar ante la policía”.

FUENTE: María Virginia Matute / El Mío - http://eltiempo.com.ve

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