Ricardo Álamo cuenta, con una sonrisa bastante pícara, que cuando la escritora Mónica Montañés y la productora de Válgame Dios pensaban en José Alberto Gamboa el protagonista mujeriego de la telenovela de Venevisión lo veían a él. Y lo justifica. "Quizá es por travesuras que he relatado o historias que uno ha tenido", expresa entre risas.
Y a ese pasado que no oculta, pero que dice haber superado para vivir más tranquilo, le agradece tener uno de los personajes mejor logrados de la telenovela y de su carrera, que al mismo tiempo le otorga el oxígeno que necesitaba como actor para alejarse del galán bueno que siempre le asignan.
--¿Se hubiera sentido más cómodo en el papel del bombero noble?
--No, me siento más cómodo con José Alberto porque como actor necesitaba oxigenarme de estar tanto tiempo en el mismo papel, porque en el género de la telenovela el protagonista es un personaje muy definido. Con éste tengo más libertad. Me gusta estar en otras situaciones, poder aportar cosas de mí mismo y disfrutar en otra faceta. Siento que es un acierto. Ha sido muy refrescante verme así y al televidente puede llegarle de la misma manera.
--¿Todo personaje requiere una preparación o éste fluyó por sus experiencias de vida?
--Es un personaje que me da gracia porque la escritora y la productora me dijeron que al pensarlo veían mi cara (...) En momentos he tenido muchas cosas de José Alberto, pero me da risa porque ahora sólo me parezco a él en la sonrisa y en la manera de caminar.
--¿Pero sí se pareció a él en algún momento de su vida?
--Muchos hemos sido un José Alberto en algún momento de nuestras vidas. Pero ya estoy en una edad y en una etapa en la que busco otras cosas. Este personaje tiene una manera de llevar la vida que respeto, pero yo estoy en otro proceso, porque vivir así es una angustia y lo digo por experiencia (risas).
--¿Usted también tuvo más de tres relaciones en simultáneo?
--(Risas) Bueno, a veces he estado medio enredado, pero son muchachadas. Lo que pasa es que José Alberto se quedó en esa etapa. Las situaciones que Mónica Montañés se ingenia para este personaje son geniales. Dentro de lo gracioso que él puede ser, uno se ríe pero se queda también pensando como espectador. Lleva una moraleja porque a fin de cuentas no es muy sano vivir así.
--¿Alguna de sus ex novias le ha dicho algo sobre su personaje?
--Todas se mueren de la risa (risas). La mamá de mi hija me dice: "Ese personaje eres tú coñito e’ tu madre" y alguna que otra ex también me ha dicho: "Mijo, eso te cayó como anillo al dedo" (risas).
Ellas se ríen ahora, porque es sano reírse de lo que fueron nuestras tragedias. Para mí también fue trágico porque era una inestabilidad increíble. Uno cree que la está pasando bien pero lo que está es vuelto un ocho.
--¿Cómo logró superar esa etapa?
--Cuando no te sientes bien en algo lo más sano es pararlo. A veces he sido villano por ser honesto, por eso he estado solo en muchos momentos, porque quiero ser sincero antes de seguirme involucrando en algo que ya no va para ninguna parte.
Creo que ése es el primer paso para buscar una nueva persona con la que compartir la vida. De pronto las relaciones no son para siempre a pesar de que uno quisiera y sueña con esa idea; pero la cosa es hasta que el cuerpo aguante y haya feeling. En el camino se aprende a ser más consistente, a tratar de poner empeño y a parar las cosas a tiempo.
FUENTE: Katiuska Silva - http://www.el-nacional.com
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