El ciberactivista Luis Carlos Díaz compartió los datos que recolectó de lo que él denominó “Índice Pollo en Brasa”, como se le llama en Venezuela al pollo asado o rostizado que suele venderse en establecimientos llamados “polleras”. En otra época, el pollo en brasas era sinónimo de una comida popular en Venezuela, tanto por su precio como por la ubicación de las polleras en zonas céntricas de cada ciudad.
En mi infancia, en una barriada popular venezolana, cada tanto mi mamá, cansada de cocinar, me pedía que fuese a buscar un pollo en brasa. Comerlo no era algo extraordinario en aquella época.
Pulverización de los salarios
En 2013, cuando se iniciaba el gobierno de Nicolás Maduro, Díaz comenzó a registrar el precio del pollo en brasas en un mismo lugar de Caracas. “Un pollo en brasas en septiembre de 2013 costaba 3,25 dólares. Hoy (enero 2020) cuesta 9,10 dólares”, confirmó el activista de derechos humanos, con bastante influencia en las redes sociales.
Con dos años consecutivos de hiperinflación, el alza de precios se desaceleró en 2019, cerrando la tasa de inflación por encima de 7.000 por ciento, según reportó la Asamblea Nacional. La inflación ya no se cuenta por millones, es verdad, pero la crisis venezolana tiene otra faceta: la pulverización de los salarios.
Díaz, por ejemplo, comentó que es trágico que en septiembre de 2013, cuando comenzó a realizar su seguimiento personal de la inflación, el salario mínimo equivalía a 68 dólares y en este mes de enero de 2020 era de apenas 3,20 dólares. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Andrés Cañizález - El Estímulo
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