A juzgar por el ministro de Ambiente, Miguel Leonardo Rodríguez, el país enfrenta la séptima sequía más importante de los últimos 60 años.
De igual modo los expertos en el tema anunciaron que existe un 70 por ciento de probabilidad de mayores daños por el fenómeno climático El Niño, como intensas sequías, producto de la falta de precipitaciones y las elevadas temperaturas en esta nación suramericana entre octubre de 2014 y abril de 2015.
El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología advirtió que El Niño podría agudizar el déficit de las precipitaciones, tal como ocurrió en 2002 y en el lapso 2009-2010, períodos reconocidos como de intensa sequía en esta nación.
Situación que comienza a sentirse después del primer trimestre de 2014, cuando se suponía debió comenzar a llover. Empero a la altura de julio, de los 62 embalses de agua potable del país, 14 están por debajo de los promedios históricos dada la ausencia de lluvias desde noviembre del año pasado.
Era normal, acorde con el titular, que de mediados de noviembre a marzo fuera un período sin lluvias, pero se ha extendido en el tiempo, y ejemplificó que en el estado de Zulia, al extremo noroccidental del país, la situación es severa.
No ha llovido prácticamente nada en la Sierra de Perigallo, noroccidente de esa entidad, y es la razón por la que alguno de los embalses, dos de los más importantes de la región, están en una situación crítica, precisó el ministro.
Las mayores afectaciones se registran en los estados de Zulia, Falcón, Vargas, Miranda, Guárico, Carabobo y en el Distrito Capital.
Asimismo, la prolongada sequía agotó las reservas del líquido en el embalse de Lagartijo, ubicado en el estado de Miranda, que abastece a la ciudad capital, junto al embalse también mirandino Taguaza y al Camatagua, del estado de Aragua, el cual aporta el 58 por ciento del agua a los capitalinos.
Según el ministro en el último período seco severo ocurrido en 2010, Lagartijo fue igualmente uno de los más afectados.
Las autoridades ambientales aseguran que este año la sequía ha sido mucho más intensa que en igual lapso de 2013, incluso señalan que en la región Andina, donde por lo general llueve con mayor frecuencia que en la zona Central, las precipitaciones han sido menores a las del año anterior.
Sin embargo, en la zona del río Caroní, (Aragua) la situación comienza a cambiar porque rompió a llover y se revierte la tendencia negativa del embalse Gurí, muy importante para el país porque aporta el 60 por ciento del líquido.
La preocupación mayor está en las cuencas que abastecen al estado de Zulia, lugares donde se adoptan programas y restricciones del suministro de agua para optimizar el servicio, pero que se prevé las mismas sean mayores por las condiciones en las que se encuentran los embalses.
DOBLE DAÑO AL CONSUMO ELÉCTRICO
Existe en Venezuela un sistema eléctrico -progresivamente en proceso de transformación-, diseñado e instalado por expertos franceses por los años 60 del siglo pasado y que está sustentado en la generación de electricidad hidráulica, válido para ese entonces, pero que en las condiciones de extrema sequía, como es el caso, obliga a tomar medidas.
Empero, en término de consumo energético, según el ministro de Energía Eléctrica venezolano, Jesse Chacón, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) está preparado para enfrentar los efectos de la sequía que pudieran dañar el suministro.
Para ello el país acelera la terminación de las plantas de generación termoeléctrica y su mantenimiento con recursos asignados por el gobierno.
La demanda máxima, que antes de 1999 era diez mil 854 megavatios (MW), rebasa ahora los 18 mil 600 MW, casi duplicado en tres lustros, y están previstas, desde hace tres años pero ahora con mayor énfasis, medidas para promover un consumo más racional en los sectores residencial, industrial y público.
Mencionó entre ellas la sustitución de 20 millones de luminarias incandescentes por fluorescentes compactos (de alta eficiencia y larga duración) y con ello reducir 430 MW, sumado la incorporación de 60 mil aires acondicionados de tecnología eficiente, en una primera etapa, hasta llegar a 300 mil.
En el sector privado está prevista la supervisión masiva con registros de grandes consumidores junto a auditorías energéticas y el desarrollo de proceso de autogeneración en horarios nocturnos.
Otras medidas en el sector público permitirían un ahorro de 290 MW a partir de un análisis de la carga por iluminación, entre otras acciones.
ALERTA DE EL NIÑO
Otras alertas de desastres, más allá de la ausencia de precipitaciones, está mandando El Niño en Venezuela, con serias afectaciones al sistema eléctrico.
A finales de junio en Barcelona, al noreste venezolano, estado de Anzoátegui, un fuerte viento dañó el 80 por ciento de los circuitos, mientras en el nororiental estado de Monagas, vientos huracanados dañaron ocho torres de alta tensión, algunas partidas por la mitad, afectando la línea Palital-El Furrial, y con ella buena parte del sistema nacional.
La advertencia del ministro no se hizo esperar: "Tenemos una afectación significativa en el oriente del país, en las líneas de mayor capacidad de 400 kilovoltio (KV), lo que llevó a una exigencia mayor en la línea 230 KV en El Tigre,â��".
"Nuestro plan para enfrentar eso tiene dos elementos: El aumento de la generación termoeléctrica y la racionalización de la demanda, ya que Venezuela es el país de América Latina que más consume electricidad per cápita, por lo barata de la misma".
Por ello, si no logramos un uso racional de la energía, no importa cuánta generación sumemos porque siempre el consumo va a estar por encima", alertó el ministro.
Para ese racionamiento está definido una franja de uso racional denominada Banda Verde, la cual permitirá un consumo con calidad de vida sin llegar al derroche.
Asimismo la campaña Soy consciente, consumo eficiente, entrará en una tercera fase en este mes de julio para intensificar el ahorro energético.
Mientras El Niño provoca estragos, los venezolanos se las ingenian para sortear la sequía y buscan alternativas.
Tratan de lograr que el preciado líquido no falle y la energía eléctrica dependa cada vez menos del agua, bien por fuentes térmicas, eólica, y en todos los casos propiciar un uso racional de ambos vitales recursos.
FUENTE: Silvia Martínez - Prensa Latina |