Reproducimos su relato íntegro, indicando que, si bien no estamos de acuerdo con todo su contenido, aplaudimos que líderes opositores estén reconociendo que la violencia y las guarimbas no son el camino para solventar los problemas del país.
Brevemente quiero contarles mi vivencia de hoy Mi único día de descanso. El día que dedico a mi hijita.
Desde hace bastante, mi hija me pidió que la llevara a ver la película Capitán América 2, y hoy finalmente pude. Como no sabia en que cine podría haber vacantes, me fui al Sambil con mi esposa De Catia, a Chacao.
Al llegar a Chacao, los operadores de Metro decían que no podíamos bajar en esa estación Sin embargo, la gente bajo, rápidamente. Todos apurados nos apresuramos para salir de la estación Chacao, y lo logramos antes que los operadores cerraran la estación.
Pasamos por la esquina que va vía al Sambil, y vimos a unos carajitos quemando un muñeco en mitad de la avenida. Eran unos 30 ó 40. La gente se detenía a ver, y yo solo seguí a cumplir el sueño de mi hija Y el mío: Pasar un día con ella, luego de meses. Luego de lidiar para ver en que sala podía ver la película en 3D y español, decidí espera a mi hija y cuñada, que la llevaría con nosotros.
De pronto sonó mi teléfono, y era mi hija llorando (se oía a mi cuñada gritar en medio de explosiones) Me asuste mucho.
A duras penas, logré entender que mi hija y cuñada estaban atrapadas entre los carajitos y la policía Me llene de furia y miedo. Corrí. Mi esposa me indicaba que estaba cerca de un banco. Y nosotros no conocemos Chacao. Así que mientras mi esposa lloraba y corría, yo razonaba.
Al llegar a la esquina del Sambil que va al metro de Chacao, mi esposa lloraba por el gas lacrimógeno. Y allí había 4 policías de Chacao y un viejo camión ballena. Ante mí, una turba de unos 60 carajitos lanzando piedras, molotovs y hondazos.
Lleno de furia e impotencia de imaginar a mi hija herida, caminé entre tiros y piedras a buscarla. Yo llevaba el diablo en la sangre. Había fotógrafos de prensa grabando aquella insensata batalla. Y mi hija no estaba por ningún lado. Mas atrás, mi esposa discutía con los 4 policías, en medio de piedras que iban hacia ella. Una de ellas le golpeo la sien.
La ballena lanzaba chorros de agua, y yo caminaba super arrecho entre los carajitos, buscando a mi hija. Mi hija no estaba por ningún lado. Cruce la ridícula batalla para nada. Ella esta escondida del lado del que venía. No quise correr, porque tenía que estar alerta con las piedras, los chorros de agua, las molotov y la furia que me nublaba los ojos.
Volví a cruzar al lado de la policía. Y los policías me pre
FUENTE: Alba Ciudad - http://www.aporrea.org |