domingo, 20 de abril de 2014

Daniel Camejo Octavio le vio a Anzoátegui un enorme potencial

Daniel Camejo Octavio. Seguro ese nombre le suena. Una avenida de Lechería lleva su nombre, pero él legó mucho más que eso a Anzoátegui.
Fue un venezolano que creía intensamente en el potencial que para un completo desarrollo tenía el país y vio que en el turismo estaba una de esas oportunidades.

La historia reciente lo reconoce como un hombre innovador, perseverante y pionero en todos los proyectos que emprendía. No paraba de crear, cuentan sus allegados. En su velero, una de sus pasiones, recorrió todas las costas criollas y fue en ese peregrinar por el mar que conoció Anzoátegui. La fascinación por estas tierras fue inmediata.

Camejo Octavio visualizó en terrenos salinosos entre Puerto La Cruz y Lechería un proyecto turístico y residencial de primer orden. Y así proyectó la obra más importante de la zona norte: el Complejo Turístico El Morro.

Pero, ¿de dónde vino este personaje que soñó con un país vanguardista?

Mente innovadora

Daniel Camejo Octavio nació el 23 de abril de 1914 en Barquisimeto, estado Lara. El inquieto joven se graduó de ingeniero sanitarista, una rama de la Ingenieria Civil, en la Universidad Central de Venezuela (UCV), pero sus ganas de aprender lo llevaron a otros países para hacer especializaciones en Urbanismo, Física y Matemática.

En su área trabajó directamente con el reconocido médico epidemiólogo, Arnoldo Gabaldón, quien en los años 30 emprendió un programa de erradicación de la malaria en el país.

Pero el urbanismo lo atrajo más y en 1954 inició lo que sería uno de sus planes turísticos más ambiciosos: la construcción del Club Puerto Azul, ubicado en el litoral central, específicamente en la localidad de Naiguatá, estado Vargas.

Su propósito era ofrecer a 6.000 familias de clase media un espacio recreacional, que pudiera mantenerse con un pago de afiliación.

Este centro turístico se convirtió en uno de los más importantes del país y aún lo es, pese a que se vio seriamente afectado por los deslaves provocados por las lluvias en el estado Vargas en 1999. Los socios lograron recuperar los espacios conservando el diseño original .

Una persona que puede hablar con más sentido de la obra de Camejo Octavio es su hijo Daniel Camejo Guanche, quien además trabajó con él en varias obras, incluido el Complejo Turístico El Morro.

Hoy recuerda que muchos empresarios desconfiaron de la viabilidad de las ideas de su padre.

Por ser tan consecuente e insistente, Camejo Octavio quería hacer más. Tenía un gran proyecto preparado, sólo faltaba encontrar el lugar apropiado para emprenderlo.

Puerto La Cruz, Chichiriviche y Paraguaná (Falcón) y Margarita (Nueva Esparta) eran las opciones, pero la capital de Sotillo fue la elegida por el visionario.

Maravilla oriental

“Mi padre estaba fascinado por la privilegiada ubicación geográfica de Venezuela. Decía que era un país perfecto para sedes turísticas, pues no hay huracanes, más bien predomina el buen clima, las hermosas playas y un sol radiante”, cuenta Camejo Guanche.

Según el profesional barquisimetano, era fundamental que los ciudadanos no dependieran del gobierno para tener ingresos económicos. Y eso, a su juicio, se lograba al fomentar el turismo, principal fuente de generación de empleos. “Aseguraba que el petróleo no tenía que ser la única vía e de entrada de divisas a Venezuela”.

Al llegar a Anzoátegui en su velero en la década de los 60, Camejo Octavio halló el espacio perfecto para su proyecto. Las antiguas salinas ubicadas entre los municipios Sotillo y Bolívar eran los terrenos más cercanos a dos “futuras metrópolis” (como preveía que serían Puerto La Cruz y Barcelona).

Llevó sus planes a la Presidencia de la República, y habló con el gobernante de entonces, Raúl Leoni, con el fin de obtener el respaldo a sus proyectos. Hizo los trámites para crear en 1967 la Compañía Anónima para el Desarrollo de la Zona Turística de Oriente (Caztor), y a través de esta figura y la de su empresa Desarrollos Recreativos y Turísticos CA (Detur), poner en marcha el Complejo El Morro.

La obra

900 hectáreas de terreno y 20 kilómetros de canales navegables comprendía el plano original de El Morro. La obra fue calculada en un inicio en Bs 11 millones, pero al final el monto ascendió a Bs 35 millones.

Camejo Octavio deseaba que en el complejo se combinaran residencias, áreas recreacionales y comerciales

El diseño contemplaba además tres piscinas de categoría internacional, dos campos de golf de 18 hoyos para competencias (sólo funciona uno) y un Club de Playa que estaba ubicado al pie del cerro El Morro y que pese a la amplia actividad de hospedaje y para el desarrollo de eventos, dejó de funcionar.

De 1971 a 1978 se realizó el urbanismo (vías, alumbrado, acueducto, cloacas) y en diciembre de 1973 se inició la venta de las parcelas.

El ingeniero Camejo Octavio proponía la construcción de 15 hoteles categoría 4 y 5 estrellas dentro del plan.

Según relata Camejo Guanche, este planteamiento fue calificado por algunos empresarios como algo imposible.

Pero Camejo Octavio logró alentar a inversionistas a participar en la edificación del hotel Doral Beach y los conjuntos residenciales como Pueblo Viejo, Puerto Morro y Bahía Redonda.

El Doral Beach se convirtió en ese entonces, en el más grande de Sudamérica con capacidad para 4 mil camas. Comenzó a funcionar a finales de los 70 y estuvo activo aproximadamente 10 años para luego convertirse en condominio.

Lamentablemente no se prosiguió con la construcción de los otros hospedajes previstos para el complejo.

Camejo Octavio además estuvo al frente del desarrollo del centro comercial Plaza Mayor junto con el arquitecto Fernando Sandoval. Este conglomerado fue inaugurado en 1995 con un concepto recreativo mediterráneo.

El barquisimetano se caracterizó por innovar, romper esquemas. “Mi padre era optimista hacia su país, tenía esperanzas de un surgimiento en su infraestructura. Hasta el final de su vida estuvo activo e incansable”.

El complejo

El Complejo Turístico El Morro tiene 561 parcelas para casas erigidas en canales donde atracan lanchas y yates. El proyecto -aún no culminado- consta de centros comerciales, marinas, campos de golf, hoteles y áreas recreativas en el cerro. Hasta ahora sólo se ha concretado el área residencial.

En su honor

Por el centenario del nacimiento del ingeniero Daniel Camejo Octavio, la Asociación de Propietarios del Complejo Turístico El Morro (Apmo) prepara una serie de actividades en su honor. La gerente general de la Asociación de Propietarios de El Morro (Apmo), María Eugenia de Sardi, informó que entre los planes que tienen para homenajear a este empresario que visualizó y materializó una gran obra, está la construcción de una estatua a escala real para lo que buscan el apoyo de los condominios, hoteles, centros comerciales y marinas de El Morro. En esa misión se está convocando para una reunión el 23 de abril en el hotel Punta Palma, en Lechería.

Familia

Daniel Camejo Octavio fue un destacado velerista que no tomaba licor ni fumaba. Del matrimonio con su primera esposa, Elvia Guanche, tuvo tres hijos: Daniel, Pedro Miguel y Antonio. Con su segunda pareja, Athina Gamanos procreó a Nicolás y luego contrajo nupcias con Jackeline Tamayo.

Admirable

Cuando el Gobierno nacional examinó el proyecto de lo que es hoy en día el Complejo Turístico El Morro, se sorprendió de lo ambicioso que era y exigió que para llevarlo a cabo había que ejecutarlo por sectores, pero Camejo Octavio no aceptó. Dijo: “se hace todo o no se hace”. Él fue tan inteligente que para evitar que esto pasara realizó el proyecto con todos los servicios interconectados, a fin de que no pudiese separarse. Era un hombre tenaz, trabajador. Era admirable. Siempre visualizó obras que estaban por encima de la época y lo más interesante era que las lograba. Los que lo conocimos sabemos que no se daba por vencido ante las negativas. Recuerdo que para convencer a las autoridades de la época las llevó a Miami para que vieran el desarrollo de estas obras y que él las haría posible con este proyecto en Lechería.

Bruno Cavalieri

Nada lo detenía

“Yo era presidente del Concejo Municipal para la época, 1967 aproximadamente, y existía un proyecto en planos de lo que pensábamos que podía ser el Complejo Turístico El Morro. Se hizo una maqueta que estuvo en el aeropuerto de Barcelona, nadie le prestó atención. Luego la mudamos a la Corporación Venezolana de Fomento, donde un día la vio Camejo Octavio y luego de preguntar de lo que se trataba se vino a Anzoátegui. Aquí se reunió con el gobernador Rafael Fernández Padilla y conmigo para ver los planos. Me dijo que podía hacer el complejo con algunos cambios, yo le respondí: “hágalo suyo” y así fue. No pensaba en pequeño. Para el proyecto de El Morro no se frenó ni por dinero. Prometió buscar el financiamiento y lo consiguió (Bs 7.5 millones).

Domingo Martínez

Vio más allá

“ Camejo Octavio fue un visionario que no se rendía ante las limitaciones, un hombre decidido a triunfar. Fue un amigo del que guardo gratos recuerdos. Fui el primer comprador de una parcela del Complejo Turístico El Morro. Con mi esposa Jackeline confiamos en sus planes y lo apoyamos sin dudar”.

FUENTE: Angélica González / María G. Lara - http://eltiempo.com.ve

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