Un estudio encontró la existencia de una variante localizada en un gen que puede hacer que ciertas personas perciban los eventos negativos más vívidamente que los demás.
La investigación fue co-dirigido por Prof. Rebecca Todd (estudiante de doctorado del Departamento de Psicología en la Universidad de Toronto) y Adam Anderson (de la Universidad de Cornell).
Este es el primer estudio en detectar que esta variación genética puede afectar significativamente cómo las personas ven y experimentan el mundo. Los resultados sugieren que las personas experimentan aspectos emocionales, en parte a través de estos “genes de color” y que las variaciones biológicas a nivel genético pueden jugar un papel importante en las diferencias individuales en la percepción”, señala Rebecca Todd.
El culpable es la variante suprimida del gen ADRA2b que influye en la hormona y el neurotransmisor norepinefrina. Anteriormente, se ha encontrado que el ADRA2b desempeña un rol en la formación de memorias emocionales aunado a esto, el nuevo análisis muestra que la variante eliminada también juega un papel en la percepción del tiempo real.
En la investigación participaron 200 individuos a quienes les fueron presentadas palabras positivas, negativas y neutrales en una muy rápida sucesión. Los participantes con la diferencia genética ADRA2b eran más propensos a percibir las palabras negativas; no obstante, ambos grupos distinguieron mucho mejor las palabras positivas que las palabras neutrales.
Estos individuos son más propensos a escoger caras enojadas dentro de una multitud de personas. Al aire libre, pueden notar peligros potenciales -lugares en los que podrían resbalar, rocas peligrosas que podrían caer encima- en lugar de ver la belleza natural”, afirmó Todd.
Estos hallazgos, publicados Psychological Science, muestran la manera en que la genética (en combinación con otros factores como la educación, la cultura y los estados de ánimo) puede afectar a la percepción emocional y la subjetividad humana.
La investigación adicional está prevista para explorar este fenómeno en todos los grupos étnicos. Mientras que más de la mitad de los caucásicos se cree que tienen la variante genética ADRA2b, las estadísticas sugieren que es mucho menos frecuente en otros grupos étnicos. Por ejemplo, un análisis detectó que sólo el 10 % de las personas que viven en Rwanda tienen la variante genética ADRA2b.
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