lunes, 8 de abril de 2013

La derecha quiere mimetizarse en un discurso "chavista"

Una de las características de esta campaña electoral, señalada por varios voceros políticos y estudios de opinión, ha sido la intención evidente de que el discurso del antichavismo imite al chavismo.
Más que desde una visión de la política, este esfuerzo se realiza desde la óptica de lo publicitario. Su efecto ha sido la creación de una serie de slogans que intentan vender ideas de inclusión e igualdad, pero vaciadas de cualquier referencia a factores sociales, políticos, culturales y económicos que tengan sustento en la realidad.

En un recorrido hecho en los alrededores de Plaza Venezuela, uno de los puntos de encuentro para el evento nacional de cierre de campaña de la derecha en Caracas, podía percibirse una muestra de cómo la "unidad" de los partidos antichavistas se vende como si fuera la unidad de todos los venezolanos, pretendiendo "desnacionalizar" a la mayoría del país, desnacionalizando al chavismo.

"Venezuela somos todos", dicen ahora las franelas alusivas al candidato antichavista, consigna muy parecida al viejo eslogan del Gobierno Bolivariano "Venezuela ahora es de todos", utilizado a mitad de la década pasada, luego del golpe de Estado y sabotaje petrolero en 2002 y 2003.

Ya días atrás el logotipo del Bicentenario de la independencia, compuesto por el mapa de América del sur y la figura de Simón Bolívar desenvainando su espada, fue plagiado y estampado en franelas que fueron distribuidas en un auditorio al este de la ciudad; asimismo, el candidato Capriles ha repetido en varias ocasiones que un simpatizante del chavismo lo llamó "revolucionario".

Este domingo un cartel mostraba la consigna que decía "No porque sea burgués, me gusta lo mejor", para demostrar, ahora, que a la burguesía también le gusta ser pobre, que puede renunciar a sus veleidades, aunque las lleve a todas partes como en la movilización de hoy, donde los lentes de sol "de marca" y las sombrillas de papel reflejan, la "distinción" que los caracteriza.

Ayer sábado, en un encuentro con los medios extranjeros, el director de la encuestadora Hinterlaces, Oscar Schemel, señaló lo erróneo que es para la oposición intentar "imitar el discurso hegemónico, que es chavista", debido a que la batalla ideológica "la ganó el chavismo".

Sin embargo, la estrategia de la derecha de negar los intereses antagónicos proviene de la campaña pasada para las elecciones presidenciales del 7 de octubre, cuando en su programa de gobierno se plantea que Venezuela es un país "sin clase social", como señaló Romain Migus en su libro El programa de la MUD.

"Desaparecen los intereses antagónicos entre los obreros y el patrón, entre los campesinos explotados y el terrateniente, entre los acaparadores de tierras urbanas y los pobladores, entre el dueño de una clínica y un paciente sin recursos", explica Migus, sobre el discurso opositor, que niega la historia contemporánea del país donde siempre ha estado presente la lucha de clases y cuya mayor expresión fue el Caracazo en 1989.

"Cuando utilizas el lenguaje de tu adversario terminas fortaleciéndole, (la derecha) termina desdibujada, sin identidad, por falta de una propuesta, de una idea superior propia", explicó Schemel.

Y este domingo, el candidato de la derecha para presentarse ante sus seguidores en la avenida Bolívar de Caracas, eligió un color "cálido" para su camisa. El vinotinto, hacia el rojo.





FUENTE: AVN

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