viernes, 1 de marzo de 2013

Víctor Davalillo: Pompeyo estará en la memoria de todos los venezolanos

Gracias al valioso legado humano dejado por ex grandeliga venezolano Pompeyo Davalillo, quien falleciera este jueves a los 84 años, su carisma siempre estará "en la memoria de nosotros y en la memoria de todos los venezolanos".
La frase la pronunció su hermano menor, Víctor Davalillo, octavo criollo en jugar en las Grandes Ligas, durante la ceremonia de despedida de los restos mortales del ex pelotero, un homenaje celebrado este jueves en el parque de la Ciudad Universitaria, en Caracas, donde asistieron amigos del también ex mánager, además de personalidades y fanáticos del mundo.

"Él siempre estará en la memoria de nosotros y en la de todos los venezolanos. Tenemos que seguir el legado, tenemos que ganarle a nuestro hermano. ¡Vamos a ver si le ganamos!", expresó "Vitico", en alusión a lo competitivo que era Pompeyo en el terreno de juego.

"Mi hermano, desde que yo lo conocí, andaba con ese guante en la mano, con esa pelota y ese bate y yo le seguí los pasos", resaltó el líder vitalicio en imparables conectados en el circuito rentado, con 1.505.

"Él se dedicó a la enseñanza y le ayudé en la Universidad Central de Venezuela. A donde quiera que él iba, su mente era ser campeón, su mente era desarrollar peloteros, su mente era estar en un terreno y dar el 100% cada día y siempre quería que los peloteros fueran igualitos a él (disciplinados). Y yo le decía: 'hermano, es muy difícil que un pelotero sea igual a usted: usted tiene un carisma demasiado fuerte en un terreno'", recordó con orgullo.

Subrayó que Pompeyo anhelaba ver en el campo a sus dirigidos como profesionales que dieran el corazón para conseguir la victoria.

"Él quería que el pelotero le pusiera carisma para que el público viera que de verdad era un jugador profesional. Él decía: 'Pero si esos fanáticos los están manteniendo, ellos son los que les pagan. Ustedes cobran un suelo por ellos, por esos fanáticos que están allí (gradas). Ustedes tienen que dar el cien por ciento y responderle a los fanáticos, que son los que les pagan", relató Davalillo, al hacer memoria en la grama del estadio capitalino.

"Se ganó al pueblo venezolano. En Cabimas (estado Zulia), quién no quería a Pompeyo", exclamó.

"Venimos de una familia de Churuguara (Falcón) y a mis padres no les gustaba que nosotros jugáramos pelota, porque decían que ese juego no representaba dinero. Pero después mamá (Angelina Romero de Davalillo) se dio cuenta que queríamos eso y siempre estuvo de nuestro lado", narró el criollo, que jugó por tres décadas en Venezuela con las novenas de Caracas, Portuguesa y Aragua.

"Él agarró esa carrera y fue el cuarto pelotero en las mayores con Washington (1953), no siguió porque se fracturó una pierna, pero aquí ningún pelotero, ningún periodista, podrá hablar mal de Pompeyo, porque él se ganó ese aplauso, se ganó ese cariño", remarcó con orgullo.

La disciplina como filosofía caracterizó la carrera del gran Pompeyo Davalillo, rememoró el ex lanzador venezolano, Urbano Lugo hijo.

"Él me dio la oportunidad, primero, de firmar con la organización de los Angelinos de California (Grandes Ligas) y luego haber compartido con él como pelotero, a su lado como coach de pitcheo y de aprender de su disciplina y dedicación, el cariño y el amor al uniforme en el terreno de juego. Todo lo que él vivió, nos lo enseñó, nos lo transmitió", contó el falconiano, que lanzó por 16 años con Leones del Caracas y logró el campeonato en la temporada 1994-1995, con Davalillo como estratega.

"Gracias a él llegamos a Grandes Ligas, por la enseñanza que nos dio y hoy estamos aquí para despedirlo (...) para seguir recordándolo", dijo el lanzador, que logró un no hit no run el 24 de enero de 1987 ante los Tiburones de La Guaira para darle el campeonato a los Leones en temporada 1986-1987, emulando a su padre, Urbano Lugo, que lo hizo en 1973, justamente contra el mismo rival.

Evocó con emoción el carisma de Davalillo en cada partido: "En el terreno era excelente, siempre estaba pendiente del juego, las prácticas, trataba de aprender, de robarle la seña al otro equipo. Era un hombre entregado a esta profesión. Siempre fue un hombre ganador, se dio íntegro a su profesión, a entrenar a mucha genta, a dejar un legado en la UCV. En todas partes lo estarán recordando como la persona que era:un hombre carismático".

FUENTE: AVN

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