El último largometraje del cineasta venezolano Hernán Jabes, Piedra, papel o tijera, que se estrenará el viernes 22 de junio en las salas de cine del país, vuelve a tocar un tema recurrente en la cinematografía nacional: la violencia.
"¿Es una violencia gratuita o ayuda a repensar algunas cosas?", es una pregunta que lanza el director y que considera deben responderla los espectadores. Prefiere no dar de muchos detalles y se cuida de no revelar algún punto que pueda dejar en evidencia las sorpresas del filme "La película tiene que ser un ente solo", dice el director de Macuro y Colmillo.
En esta cinta el día comienza bien temprano. A las 4:49 de la madrugada. La agitada ciudad se vive en las imágenes que cambian rápidamente, la música se combina con ellas como una danza y en oportunidades no se puede negar las inclinaciones del filme hacia el videoclip. "No lo puedo evitar", dice el director.
La película producida por Factor RH, financiada por el Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (Cenac) y que contó con el apoyo de la Villa del Cine, arranca con dos historias que en algún momento se encuentran. Por un lado: una familia, el juego, el pacto padre e hijo, las sonrisas; y por el otro: una pareja, la pasión, el clímax, el amor.
El título hace referencia a un juego de niños que está presente en dos oportunidades dentro del filme. "Piedra, papel o tijera", dicen al mismo tiempo padre e hijo, esconden su mano detrás y la sacan convertida en una palma, un puño o sólo los dedos índice y medio estirados e indicando un "dos". Así, el destino de los personajes será guiado por este juego.
Un inocente descuido del hijo, un niño de siete años llamado Luis, hace que su mundo familiar quede al descubierto. "Sus padres estarán envueltos en una serie de hechos que pondrán en peligro al pequeño, quien sólo quería entregar su tarea escolar", apunta la reseña de la película.
La Pastora, La Boyera, la autopista Francisco Fajardo, Pinto Salinas, Colinas de Bello Monte fueron algunas de lugares de Caracas donde Jabes filmó su película.
"Al tema del barrio ya le han sacado bastante jugo estéticamente. Preferí trabajar lo popular en un lugar como La Pastora que, en algún momento, fue una zona próspera, bonita, colonial" y que en su opinión "se transformó en un gran barrio, peligroso como cualquier otro".
El director confiesa que en la película están presentes preguntas que se hizo a sí mismo sobre sentimientos, situaciones, el tema de la fidelidad, de los hijos, del sistema social. "La historia tiene un fin que es mover a la gente, que produzca un golpe, que nos haga reflexionar".
El largometraje es protagonizado por la actriz colombiana Gloria Montoya, y el venezolano Leónidas Urbina. Junto a ellos, Rafael Cruz, actor también venezolano radicado desde hace 16 años en España. "Me gusta que el espectador sienta que los actores son personas de verdad, el que sean poco conocidos les da credibilidad".
FUENTE: AVN
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