La fuente explicó que Eduard Astolfo Navas Barriza, de 24 años, (fallecido) y su hermano, apodado “El Bebé” (herido), “estaban ligados a bandas de robamotos del municipio Mara y que en varias oportunidades ‘la guerrilla’ los había amenazado”.
La balacera registrada, en el kilómetro 28, vía a El Moján, dejó tres víctimas inocentes: la madre de los hermanos Navas y dos vecinos, entre ellos un adolescente, de 17 años.
En la cuadra se escucharon los desgarradores gritos de Elza Barriza, cuando escuchó el tiroteo y vio caer al suelo a uno de sus hijos. “Primero cayó Astolfo y luego ‘El Bebé’. Luego una de las balas hirió de muerte a la mujer en el estómago”, contó un testigo del suceso.
Unas cuatro balas, de las más de 50 que fueron detonadas, alcanzaron a Aquiles David Faría González, de 25 años; y a Rixio José Romero, de 17 años.
Una tía de Romero, identificada como Gisela Boscán, expresó: “Nosotros como familia tenemos temor, porque no sabemos quién está detrás de todo esto. Mi sobrino cayó por estar en el lugar equivocado”.
La mujer precisó que los criminales llegaron en motos y dispararon sin piedad. “Desde mi casa escuché los gritos. Los disparos iban y venían. Todos queríamos salir corriendo, pero las mismas balas nos detenían. Cuando llegamos al lugar, luego de que los asesinos se fueron mi sobrino aun estaba vivo. Murió prácticamente en mis manos”.
Rixio estudió en la escuela militar de Bachaquero, durante dos meses, pero no soportó la actividad física y retomó sus estudios de quinto año en el liceo Teniente Pedro Camejo.
Su profesor de educación física, Rafael Méndez, recordó que siempre fue un estudiante aplicado y muy apegado con los profesores. “Intervenía y participaba regularmente en todas las actividades”. La directora del plantel, Judith Alvarado, dijo: “Fue un alumno de nuestra institución desde el segundo año de bachillerato y nunca presentó problemas. Fue muy responsable con sus estudios”.
Los restos del adolescente fueron velados en la casa de su abuela materna, en el sector La Repelona, de Mara. Fue sepultado en el cementerio San José, del Moján, ayer, a las 3:00 de la tarde.
A escasas cuadras, la familia de Aquiles Faría también atravesaba por el dolor de la muerte injustificada de su pariente.
Esto es muy doloroso. Solo esperamos que paguen los responsables de esta tragedia”, dijo entre llanto un familiar de Faría, en medio del acto fúnebre, en la casa que compartía con sus padres, en el kilómetro 28.
Los restos mortales de la madre y su hijo fueron velados en la casa de una pariente, ubicada en el barrio El Mamón. La policía continúa las averiguaciones del suceso.
| FUENTE: http://panorama.com.ve |


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