Dos horas más tarde, la parturienta se comunicó por teléfono con su hermana y le dijo que ya la iban a ingresar al quirófano para practicarle una cesárea.
Luego de que sus familiares le entregaron la ropa del bebé al personal del hospital victoriano, les indicaron que debían comprar unos implementos en la farmacia porque a las 10:00 de la mañana la iban a intervenir quirúrgicamente.
De inmediato, la hermana de la víctima adquirió unas sondas, unos bisturís y mangueras para las vías respiratorias, pero al momento de entregar todo eso le dijeron que la mujer embarazada debía cumplir con su labor de parto, por lo que había que esperar cierto tiempo.
Pese a que Yaxenis Toledo les rogó a los médicos especialistas que le practicaran de inmediato la cesárea a su hermana, éstos le respondieron tajantemente que no podían hacerlo hasta que cumpliera con la labor de parto.
Cerca de las 11:00 de la mañana, una amiga observó a la parturienta acostada en una camilla completamente inconciente y les avisó a los familiares.
De pronto, los médicos especialistas subieron corriendo al piso donde estaba la parturienta y al preguntar por su hermana le informaron que le estaban haciendo la cesárea a Eunices Yudith en el quirófano.
Minutos después, una doctora le dio la mala noticia a Yaxenis Toledo: "Lamentablemente, su hermana falleció". Eran las 11:30 de la mañana del lunes.
"Nadie me explicó por qué falleció mi hermana ni me informaron si la bebé estaba viva o muerta", expresó.
Fue por medio de comentarios que los familiares se enteraron de que la bebé que venía al mundo también había fallecido junto a su progenitora.
Por lo tanto, los deudos exigen a las autoridades del nosocomio victoriano que les ofrezcan una explicación detallada sobre las causas de la muerte de su ser querido.
Finalmente, los parientes manifestaron que Eunices Yudith estaba residenciada en el barrio Libertador de La Victoria, se desempeñaba como comerciante y dejó en la orfandad a una hija de 19 años de edad.
FUENTE: RAFAEL ORTEGA - http://www.elsiglo.com.ve |