El Caracas Fútbol Club y el Deportivo Anzoátegui son los líderes de la clasificación con 19 unidades. El rojo es primero por diferencia de goles. Ambas escuadras poseen un plantel joven y de bajo presupuesto con respecto a otros. Inclusive, los orientales presentan problemas de deudas y logística, debido a que su principal sponsor, la gobernación del estado tuvo un cambio de mando y el aporte no es el mismo. Con todo y eso, el rendimiento deportivo no ha bajado. Eso no quiere decir que sea algo positivo. Al contrario, no es el deber ser. Lo correcto es que estuvieran al día.
En la tercera posición, con 18 puntos, se encuentran Carabobo y Zamora. El Granate se reforzó de gran forma en su regreso a primera división, realizaron 24 fichajes. La oncena barinesa es un ejemplo de continuidad, mantiene casi la misma plantilla de la temporada pasada y a pesar de la baja de Gabriel Torres, el nivel no ha mermado tanto como se esperaba. El juvenil John Murillo ha ocupado su plaza en el once titular y ha sido una grata sorpresa.
Atlético Venezuela, con un cotejo menos, ocupa la quinta casilla con 14 unidades. Tuvo un gran inicio. Pero, los últimos resultados no han sido tan positivos. Mineros y Táchira son los siguientes, con 14 y 13, respectivamente. Lo más curioso es que estos dos últimos, eran considerados grandes favoritos; por nómina, entrenador y capital monetario. Sin embargo, los resultados y el rendimiento no han sido los esperados.
El hecho de qué un equipo realice una gran inversión de dinero, no quiere decir que el éxito esté garantizado. La mejor prueba es lo que está sucediendo este semestre. Aragua está pagando sueldos exorbitantes y es decimoprimero. Cabe destacar que, Carlos Maldonado se fue sin haber completado la mitad del calendario, no le dieron ni tiempo para adaptar sus piezas y llegaron muchos fichajes. Para algunos dirigentes, la paciencia y la continuidad no entran en su accionar.
El balompié no es solo gastar grandes cantidades, es ser responsable a la hora de dirigir una institución: Pagar a tiempo a jugadores y cuerpo técnico, mercadear bien su producto, respetar al fanático, otorgarle comodidades a la prensa, formar futbolistas en categorías inferiores, adecuarse al presupuesto que se tiene, conseguir patrocinio, entre otras cosas.
Tristemente, no todos los equipos hacen eso. Sumado a eso, la FVF no cumple a cabalidad su función como ente rector y supervisor pero ese es otro tema. Los nombres y las grandes inversiones no dan títulos. El trabajo, el juego colectivo, el respeto a los procesos, los dirigentes comprometidos, gastar conscientemente, entre otras cosas; son los que normalmente terminan garantizando la obtención de lauros.
FUENTE: Fernando Cámara - http://www.pantalladeportiva.com |