viernes, 22 de febrero de 2013

Economista Giménez: Sector financiero especulador es insaciable de divisas

El economista Pablo Giménez, coordinador del Programa de Formación de Grado en Economía Política de la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV), consideró necesarias las recientes acciones en materia cambiaria anunciadas por el Gobierno venezolano.
Estas acciones abarcaron el ajuste del tipo de cambio oficial, que pasó de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar, y la creación del Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario, cuyo objeto es alcanzar la máxima transparencia, eficacia y eficiencia en la asignación de divisas.

Giménez explicó que la creación del Órgano Superior para la Optimización del Sistema Cambiario permitirá establecer el presupuesto de divisas del país, esto es, "saber efectivamente cuántos dólares requiere el aparato productivo venezolano".

"Por un lado, está este sector financiero especulador, que es un sector insaciable de divisas. Nunca van a estar satisfechos. Pero la economía requiere una cantidad específica de divisas para llevar a cabo el proceso productivo. Por eso, una de las tareas del Órgano Superior debe ser establecer el presupuesto de divisas efectivo que requiere el aparato productivo venezolano", puntualizó.

Para el especialista, ese presupuesto se podrá obtener a partir del cruce de información de lo que requieren las industrias, los datos que maneje Cadivi y el desaparecido Sistema de Transacciones con Títulos en Moneda Extranjera (Sitme).

Estimó que una vez que el Órgano Superior llegue a ese presupuesto de divisas, se van a poder tomar decisiones efectivas acerca de los sectores a los deben dirigirse los dólares del país.

El economista recordó que la aplicación del control cambiario en 2003, tras el sabotaje petrolero contra el Gobierno del presidente Hugo Chávez, respondió a los ataques financieros que sufrió el país. La constitución entonces de la Comisión de Administración de Divisas (Cadivi) permitió alcanzar la estabilidad de las reservas internacionales, indicó Giménez.

A inicios de 2003, la fuga de capitales impulsada por los sectores empresariales implicados en el sabotaje hizo que las reservas internacionales se desplomaran a un mínimo de 11.101 millones de dólares.

Sin embargo, días más tarde el gobierno retomó el control de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) y el 4 de febrero de 2003 anunció las medidas de control de cambio. Al cierre de ese año, las reservas internacionales mostraron una extraordinaria recuperación y cerraron en 21.336 millones de dólares.

Para el 19 de febrero de este año, las cifras preliminares del BCV indican que las reservas se encuentran en 27.377 millones de dólares y desde 2010 se han mantenido en una banda que ronda los 30.000 millones de dólares.

"Venezuela ha cumplido con sus deudas y tenemos una economía que ha crecido sistemáticamente en estos últimos años", sostuvo tras enumerar los efectos positivos de esta política en el país.

Apuntó que, no obstante, se requiere una constante evaluación del tipo de cambio porque la condición rentista del país sirve para que un grupo de comerciantes importadores se aproveche del diferencial cambiario. Esto implica, explicó, que compren mercancía con dólar preferencial pero la vendan a un precio mayor.

"Se requiere evaluar el tipo de cambio constantemente para promover el ahorro nacional y la inversión productiva. Por eso era necesario el ajuste", estimó.

El problema: La distribución de la renta

Recientemente, el ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani, señaló en declaraciones al diario Ciudad Caracas que la raíz de la oposición de la derecha a la optimización cambiaria responde al conflicto por la captación de la renta, esa que genera la exportación petrolera, producto de un recurso natural y que no obedece a un proceso productivo real.

"De las exportaciones totales, que casi llegan a 97.000 millones de dólares, 95% las produce Petróleos de Venezuela (Pdvsa).El sector privado produce apenas 3.000 millones de dólares, pero demanda 30.000 millones. La renta no la produce nadie, sino que se capta del exterior. Este gobierno tampoco la produce, pero trata de distribuirla, y eso es lo que les molesta a algunos que antes se quedaban con esa renta", detalló Giordani.

Y añadió: "Lo que tratamos de hacer es que la renta mejore el nivel de vida de la mayoría, que no se la apropien minorías para seguir acumulando depósitos en el exterior. A eso apunta la medida cambiaria".

Para Giménez, el enfoque rentístico es esencial para explicar las medidas económicas que requiere el país. Estima que aunado al ajuste cambiario, Venezuela necesita acciones adicionales que apunten a potenciar el esfuerzo que ha imprimido el Gobierno a la promoción industrial, y así potenciar su visión exportadora.

Mencionó también la necesidad de decisiones en materia comercial que estén dirigidas a la protección de sectores que pueden ser promovidos para la exportación, y la posibilidad de activar facilidades para la adquisición de maquinarias y equipos tendientes a la formación bruta de capital fijo. "Es la inversión en infraestructura productiva", precisó.

Contra la especulación

Un ajuste cambiario suele estar asociado en el país con el incremento de precios. Para el economista, esto se explica en el hecho de que la "cultura del consumo en Venezuela es una cultura de la especulación".

Consideró vital el papel de la Superintendencia Nacional de Costos y Precios (Sundecop) en el combate a esta situación, al establecer con elementos técnicos cuál es la estructura de costos y así determinar cuál debe ser el precio de venta justo. "Pero si no se acompaña de una política cultural del consumo, esto no va a ningún lado", advirtió.

FUENTE: AVN

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