domingo, 25 de noviembre de 2012

Estudiantes demandan recuperación de los espacios deportivos de la UCV

Todas las tardes, más de 200 deportistas visitan las instalaciones de la Universidad Central de Venezuela (UCV), bien sea para entrenar de cara a las competencias universitarias de alto rendimiento o para recrearse.
Aunque para muchos la rutina es casi obligada, por distintas razones la mayoría se encuentra con algunos obstáculos que a veces atentan contra sus ganas de seguir entrenando.
Instalaciones rotas o cerradas, y hasta con escaso personal que no coordina con los estudiantes su horario de uso, son parte de la realidad que muchos se consiguen por las tardes.

“Entonces no me dejes entrenar. Cierra la puerta y listo. Yo veré pa’donde me voy con mi entrenador”. La frase pertenece a un estudiante de atletismo del equipo de la UCV, quien al ver como le cerraron el portón del estadio de fútbol, aceleró con su carro por una de las vías internas del recinto universitario.

Cuando el Correo del Orinoco se acercó al portero para preguntarle las razones del porqué no lo dejó entrar, lo único que respondió fue: “Porque yo recibo la orden de cerrarla a las 5:30 pm. Punto”.

El funcionario dio la espalda y se fue. No dijo su nombre; sencillamente cumplió una orden sin especificar de quién.

“Eso es parte de lo que sucede en la universidad. No has visto nada. Acá los que menos disfrutan de sus instalaciones son los estudiantes, y si hacemos un paseo verás que la mayoría están en pésimas condiciones”, dijo Johan Álvarez , miembro del movimiento estudiantil Patria es Universidad, que semanas antes marcó un precedente en el Consejo Universitario al intervenir para plantear la situación.
ACCIONES

Álvarez es uno de los estudiantes que hace mes y medio pidieron un derecho de palabra en el Consejo Universitario de la UCV para exigirles a las autoridades universitarias una explicación sobre el uso de la infraestructura deportiva en la máxima casa de estudios de Caracas.

Los universitarios querían conocer hacia dónde van los recursos que la universidad recibe por parte del arrendamiento del estadio de fútbol y beisbol, principalmente, los cuales son utilizados desde hace años por equipos profesionales.

“No puede ser que una universidad que perciba tanto dinero del Estado, y que a la vez tenga autogestión, tenga las instalaciones que tiene”, recalcó Álvarez.

El bachiller, en un recorrido por los espacios deportivos, hizo énfasis en que varios espacios utilizados por la comunidad universitaria “están casi en el piso”.

Caída la tarde, el gimnasio de karate estaba casi a oscuras. La caja en la cual se ubicaban los breakers para encender las luces se veía rota; en algunas de las paredes se notaban varias filtraciones.

Un instrumento para ejercitar la espalda no servía y el tatami donde se practica se veía desgastado. No había un filtro de agua; mucho menos, desinfectantes para limpiar los baños, pisos y paredes.

“Esas cosas (jabones y desinfectantes) las compramos nosotros. Los traemos porque acá nadie responde por esos artículos”, explicó Dilia Muñoz, quien acompañaba a su hija Estefy Pérez, que practica karate.

Al fondo de la pared de la oficina principal se observan muchos trofeos ganados por la escuela de karate de la UCV. Un escritorio con una computadora que no sirve les da la bienvenida a todas aquellas personas que solicitan información para practicar en este deporte.

“Las autoridades solo aparecen cuando les traemos los trofeos; de resto, siempre nos dicen que no tienen dinero pero que esperemos, porque solucionarán los problemas”, recalcó Estefy Pérez.

UN RECORRIDO

Tanto el gimnasio de karate como los de de judo, tae box y taekwondo están en la parte baja ubicada al frente de la tribuna principal del estadio de fútbol. Todas tienen grandes detalles por arreglar.

Al estudiante Johan Pérez lo acompañó en el recorrido Eduard Arcia, su compañero de lucha que también reclama un “espacio digno para entrenar”.

Arcia se acercó al ascensor del estadio olímpico y mostró con indignación el estado en el que se encuentra. Aparte de que el elevador no funciona, sus puertas están totalmente rotas, el botón que sirve para llamarlo casi no existe y las guayas que lo suben y bajan están inservibles.

Arcia recordó que al estadio le colocaron sillas, elevador y cabinas y le hicieron mejoras a los camerinos en el año 2007, cuando se efectuó la Copa América Venezuela 2007.

“Lo peor del caso es que nosotros no podemos utilizar el campo para jugar ni para entrenar. Cuando Petare y Caracas FC van a jugar como local, la Fundación UCV ocupa la cancha desde el jueves y nadie puede utilizarla”, apuntó Arcia, practicante de fútbol y de fútbol de salón.

El atleta se quejó del “pésimo manejo” que le dan a la cancha, ya que ni si quiera los juegos interfacultades se pueden efectuar en el gramado del Olímpico.

“Nos dicen que juguemos en la cancha de Sierra Maestra, la cual es de tierra y se torna peligrosa, ya que podemos lesionarnos”, recalcó.

El recinto de Sierra Maestra sirve como cancha alterna de la misma UCV; sin embargo, los deportistas informaron que aparte de ser de pura tierra, tampoco recibe mantenimiento por parte de la universidad.
MANEJOS

Las instalaciones deportivas universitarias y su comercialización las maneja la Fundación UCV, la cual existe para llevar a cabo la autogestión. Pese a que el Correo del Orinoco intentó localizar dos veces a sus autoridades, no obtuvo respuesta.

Por parte de los equipos de beisbol (Leones del Caracas y Tiburones de La Guaira) se conoció que la firma del contrato de arrendamiento se hace cada tres años; en esta ocasión colocaron una nueva pantalla gigante en el estadio de beisbol, en sociedad con los Leones y empresas Polar.

La pantalla costó casi 5 mil bolívares, de los cuales, como mínimo, una tercera parte (más de 1,6 millones) sería respaldada por la UCV, según fuentes de los Leones del Caracas.

“Nosotros lo que pedimos es que, al menos, estén pendientes de las pequeñas cosas que hacen falta en este tipo de instalaciones”, replicó Yelitza Aldana, estudiante de Ciencias Políticas.

La bachiller fue apoyada por Arcia, quien analizó que una de las grandes interrogantes que tienen es: ¿Qué hacen con todo el dinero que entra?

De acuerdo con los dos dirigentes, en el complejo de piscinas funcionan tres clubes privados de natación durante toda la semana, que le pagan a la dirección de Deportes de la UCV; sin embargo, “vemos como los equipos de la universidad carecen de recursos y ahora tienen problemas para asistir a los Juvines”, apuntaron los dos estudiantes.

En efecto, los Juegos Venezolanos de Institutos de Educación Superior (Juvines) se efectuarán en cinco universidades del país, incluida la UCV como sede principal, pese al mal estado de varios de sus recintos.

La casa de estudios quedó en el quinto lugar en los pasados juegos y en esta ocasión tiene una aspiración parecida; es decir, lejos de buscar el título, de acuerdo con las proyecciones hechas por las autoridades.

FUENTE: Alex Carmona - http://www.correodelorinoco.gob.ve

LEA...