Formar redes de trabajo que creen métodos de control de la rana toro, considerado un animal perjudicial para la fauna autóctona del estado Mérida, se propone el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (Ivic), informó el biólogo Francisco Nava.
El biólogo del laboratorio de Ecología y Genética de Poblaciones, adscrito al Centro de Ecología del Ivic destacó la intención del instituto de propiciar el interés y la apropiación colectiva del problema entre comunidades e instituciones para consolidar una gestión compartida del mismo.
"Después de la destrucción de hábitat, la inserción de especies exóticas invasoras constituye la segunda causa de pérdida de biodiversidad, lo cual genera desequilibrio ecológico”, explicó Nava mediante nota de prensa del Ivic.
Resaltó que el organismo maneja el contenido científico sobre reproducción, biología, ecología y distribución de la rana toro y se integra a las comunidades, debido a que son éstas las que conocen su territorio y tienen una idea más clara de dónde puede estar el anfibio.
Con el apoyo de los comités conservacionistas y mesas técnicas de agua, así como con las brigadas ecológicas de las unidades educativas de las zonas aledañas, se complementará el saber popular con la información técnica recolectada en las salidas de campo.
"Cuando se trata de especies exóticas invasoras no hay espacio para la tolerancia. Sólo su eliminación puede garantizar la supervivencia de la biodiversidad cercana. Este es el caso de la rana toro (Lithobates catesbeianus), anfibio que suele habitar en cuerpos de agua dulce estáticos como pantanos, estanques, lagos o ríos de corrientes lentas.
Su presencia genera alarma debido a sus hábitos cazadores, ya que es capaz de alimentarse de serpientes, tortugas, peces, murciélagos, ratones, lombrices, insectos, crustáceos y ranas endógenas, incluso ejemplares de su misma especie.
Además de no tener depredadores naturales, compite por refugio y espacio, desplaza a la fauna local y genera impactos potencialmente irreversibles sobre la biodiversidad nativa.
Esta rana es portadora del hongo Batrachochytrium dendrobatidis, causante de quitridiomicosis cutánea, enfermedad epidérmica muy contagiosa que provoca la disminución y desaparición de anfibios en diferentes regiones del planeta.
En Venezuela fue reportada por primera vez en 2001 en el sector La Carbonera, estado Mérida, y se ha extendido a las zonas de Jají, Miraflores, Palo Negro y La Cuchilla, de acuerdo con información del Sistema Venezolano de Información sobre Diversidad Biológica.
FUENTE: AVN