Para Vera Malaguti Batista, profesora de la Universidad del Estado de Río de Janeiro y secretaria general del Instituto Carioca de Criminología en Brasil, el control que puedan ejercer las comunidades del funcionamiento de los organismos policiales es fundamental para mejorar la seguridad ciudadana.
Malaguti explicó que, más que buscar "soluciones mágicas" para abordar el tema de la seguridad ciudadana, lo que se debe tomar en cuenta es la relación entre el policía y la comunidad, de manera que pueda haber un respeto mutuo basado en la solidaridad.
"Las políticas criminales y diagnósticos criminológicos tienen que estar siempre referidos a la memoria de los lugares, a las memorias locales y, en ese sentido, el control de la población sobre el ejercicio de la seguridad es algo fundamental, porque cada localidad y cada lugar tienen una historia", comentó.
Agregó: "Muchas veces estas historias locales se repiten sin darnos cuenta, por eso la criminología tiene que ser referida a una historia local, a una memoria local, y es fundamental que la comunidad haga parte activa y sea protagonista de los controles".
Ver al policía como ser humano y trabajador
Malaguti, defensora de un modelo policial humanista y cercano al pueblo, manifestó que un esquema propicio para romper los esquemas establecidos debe comenzar por ver al policía como un ser humano con exigencias laborales y compromisos, que pone su vida en riesgo por los demás e incluso llega a sufrir enfermedades nerviosas por su trabajo.
En este sentido, la especialista explicó que tanto las comunidades como los mismos cuerpos policiales deben propiciar la convivencia solidaria.
"La participación comunitaria debe ayudar a disminuir las grandes barreras que se han creado por modelos de policías coloniales que todavía tenemos, que yo llamo de autocolonización. Aún tenemos policías que tratan a su población como territorio enemigo. Hay que construir puentes entre el trabajo sufrido de los policías y el sufrimiento del pueblo por la violencia cotidiana", explicó.
Malaguti también recalcó que los cuerpos policiales deben incluso apropiarse más del concepto de convivencia y de resolución de conflictos que del concepto propio de seguridad, pues éste visto desde el modelo existente es represivo y violento.
"Más adelante vamos a tener que caminar hacia el desarme de las policías. Tenemos que, por lo menos, tener ese horizonte utópico, caminar hacia la utopía de policía sin armas, una policía más humana, más cerca, más solidaria", expuso.
Además, comentó que se debe "avanzar hacia la colaboración solidaria, el control comunitario del trabajo policial y también en la comprensión del sufrimiento del trabajo policial. Así podemos imaginar más adelante que la policía trabaje más con resolución de conflictos sin necesidad de armas".
FUENTE: AVN
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