lunes, 19 de diciembre de 2011

“Pensé que la esquirla me dejaría inválida”

Convaleciente. Sonriente y cordial Areana Cabrias (22), técnico en rayos X del Hospital José María Vargas, relató a La Verdad, ayer en la tarde, cómo se le clavó una esquirla en el muslo derecho, durante la explosión del parque de armas del Ejército, el pasado sábado.
La técnico en rayos X escuchó las detonaciones, pero no les prestó atención. Como centenares de lossadeños, creyó que eran fuegos artificiales. Se asustó cuando estallaron los vidrios del laboratorio de Radiología, a las 4.00 de la tarde.

"Una camarera y yo salimos a ver qué pasaba, cuando estábamos en la puerta de la emergencia, de pronto, sentí una punzada caliente. Un chorro de sangre salía por la herida. Sentía el fuego ahí. La carne olía a quemado".

Cojeando y recostada a la "Negra" logró entrar de nuevo al centro de salud. Diego, un enfermero, le comprimió la herida para frenar la hemorragia. No había ambulancias. En el carro particular de un transeúnte la llevaron hasta los bomberos de La Concepción y luego al Hospital General del Sur. Sin anestesia le sacaron la esquirla y suturaron 45 puntos.

"Sólo pensaba en quedar inválida, en no poder caminar más. Tenía miedo de que la pieza se rodara y tocara un nervio. Gracias a Dios, no perdí la calma". Areana está de reposo hasta el 31 de diciembre. La atiende su hermana mayor, Aracelis.

Temor latente

Por las calles de La Concepción sólo se ve uno que otro carro. Los abastos tienen la santamaría abajo y los pocos residentes que quedan en campo Oleary, en la invasión El Golfito y en el sector Las Cabrias no salen al frente de sus casas por temor a que se repita la historia del sábado en la tarde: a que estalle del parque de armas del cuartel 103 Monagas.

"Estábamos en el porche, reunidos en familia, preparábamos las hallacas cuando escuchamos el primer estallido. Creíamos que eran fuegos artificiales por los actos del fallecimiento del Libertador. Nos asustamos cuando escuchamos la segunda explosión y la vimos salir como un meteorito. Al mismo tiempo, el suelo se estremeció. Salimos corriendo, dejamos la casa abierta", contó Arioska Molina, residente de Campo Oleary desde hace 30 años.

En los bomberos les recomendaron que regresaran a sus hogares, que el peligro había pasado. A las 5.00 de la tarde, los soldados instaron a los moradores a que salieran de sus casas, porque "en el depósito había un dispositivo que no explotó".

Efectos

Un pedazo de metal de unos siete centímetros cayó sobre las láminas de zinc que cubren la cocina de su vivienda; mientras que el cielo raso de la sala se levantó. Las paredes del cuarto de Fabiola, su hija de cinco años, se agrietaron y la brequera explotó. "Si se activa otro explosivo de esos se derrumban las casas".

Las autoridades presumen que la onda expansiva alcanzó 800 metros a la redonda y ellos viven a escasos 350 del polvorín de artillería. Ayer, a las 3.00 y a las 4.00 de la madrugada hubo dos detonaciones más.

Ver para creer

Luis Díaz Curbelo, director nacional de Protección Civil, aseguró el día del siniestro que ayer llegarían especialistas en explosivos al cuartel Bermúdez para evaluar las viviendas afectadas por la onda sonora generada por la explosión.

"En la tarde -ayer- vino un teniente, les tomó fotos a las casas afectadas y dijo que posiblemente nos darían una ayuda económica para reparar los daños. Esperamos que nos cumplan", informó vía telefónica a La Verdad uno de los afectados.

Odalis Caldera, secretaria de Seguridad y Orden Público, informó ayer a La Verdad que funcionarios adscritos al Cuerpo de Policía del Estado Zulia en el municipio Jesús Enrique Lossada recolectaron ayer en la mañana ojivas y restos de explosivos en varias viviendas aledañas al polvorín.

FUENTE: Ana Karolina Mendoza - http://www.laverdad.com

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