viernes, 9 de septiembre de 2011

Aseguran que “ladrones de celulares los prefieren con chip”

A los vendedores de llamadas, como Luis Guevara, también los roban, el trabaja desde hace cinco años como revendedor de llamadas en la salida de la estación del Metro de Sabana Grande. Al hombre, que tiene discapacidad visual, los delincuentes dedicados al robo de móviles se los arrebatan frecuentemente.
“A cada rato me quitan los teléfonos, así los tenga con cadenas, que no me garantiza que no me los van a hacer. ¿Qué puedo hacer?, tengo tiempo aquí trabajando y me ha ido bien. No puedo irme a otra zona a empezar desde cero”.

Frank León, que también trabaja como revendedor de llamadas en la misma zona, asegura que es muy usual que las personas lleguen a su puesto diciendo que les robaron el celular: “Aquí los ladrones buscan los que tienen chip. A ellos no les importa el modelo”.

León comentó que a su esposa, que también es revendedora de llamadas, la han robado cinco veces en menos de un año: “Quienes trabajamos en esto también somos víctimas de la inseguridad. No han respetado a mi señora que está en silla de ruedas, han sido violentos con ella y le han robado los teléfonos con los que trabaja”.

La presidenta del Comité de Usuarios de Telefonía Móvil en Venezuela, Milagro Santander, explicó que las personas de escasos recursos son las más propensas: “La mayoría de las denuncias por este tipo de delitos es más recurrente en los sectores populares y con más afluencia de gente“.

La importancia de denunciar. Santander asegura que es necesario que las personas que son víctimas del robo o hurto de aparatos móviles lo denuncien de inmediato: “De esta manera, se le hace frente a las mafias que están dedicadas al tráfico de estos equipos. No basta con informar acerca de los sitios dónde se puede sacar para hablar por teléfono, sino dar a conocer la importancia de denunciar. 400 celulares son robados a diario en Caracas, según las estadísticas, pero hay muchos casos que no son reportados. Las cifras pueden ser más”.

El diputado y presidente de la comisión de Robo y Hurto de Celulares, y Delitos Conexos, Ricardo Sánchez, dijo que no se descarta complicidad interna en las operadoras. “Los agentes autorizados deberían ser supervisados, pues en estos establecimientos se le asigna línea a cualquier equipo usado y ningún teléfono de dudosa procedencia debería estar operativo”.

Modus operandi. En las entradas de las universidades UCV, en Los Chaguaramos; UCAB, en Antímano, y en la Monteávila, en Boleíta, el modus operandi más frecuente es el arrebatón. En algunos casos los delincuentes asaltan con armas blancas o de fuego. En las estaciones del Metro de Capitolio, Palo Verde y la transferencia, en Plaza Venezuela, los ladrones armados también someten a sus víctimas para que entreguen su móvil. Los arrebatones también se presentan en las entradas de los centros comerciales Sambil, en Chacao; El Recreo, en Sabana Grande; Tolón, en Las Mercedes; Metrocenter, en Capitolio, y Unicentro, en El Marqués, y en Chacaíto, al final del bulevar, también aplican la misma modalidad. Comerciantes de la zona relatan que después de las 6:00 pm no hay presencia policial.

En la avenida Casanova y en el bulevar de Sabana Grande opera una banda de mujeres que se dedica a arrebatar celulares. Al menos cuatro de las delincuentes están embarazadas. En la avenida Universidad, en el centro de Caracas, se registran casi todos los días.

En la avenida Libertador y sus alrededores hay un grupo de delincuentes que opera en parejas y se desplazan en moto.

Intentan ubicarse del lado del conductor, le tocan la ventana y le piden el teléfono a punta de pistola para que la víctima no dude en desprenderse de su móvil.

Vías atractivas. En la autopista Francisco Fajardo, a la altura de Hornos de Cal, los ladrones bajan a pie para asaltar a las personas en su vehículo. Desde el elevado de Los Ruices, en la avenida Francisco de Miranda, hasta la entrada de Petare los delincuentes armados se desplazan en moto y, en la mayoría de los casos, piden el celular. En la autopista Prados del Este, antes de la entrada del túnel, en dirección hacia La Trinidad, los ladrones, también en moto, abordan a las personas y les tocan el vidrio, casi siempre con el arma. Al final de la Cota Mil, antes del cruce hacia la autopista Gran Mariscal de Ayacucho, los delincuentes, que se esconden entre los árboles ubicados a mano derecha, interceptan a sus víctimas. En estas arterias viales los delitos son más usuales en las horas pico.

FUENTE: Por Angélica Lugo
Con información de El Nacional

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