domingo, 3 de febrero de 2013

Earle Herrera: "Ese Sur que existe para nosotros fue forjado por hombres como Sucre"

Recordar a Antonio José de Sucre, el Gran Mariscal de Ayacucho (1795-1830), necesariamente obliga al reconocimiento de un hombre que participó activamente en la liberación de Ecuador, Bolivia y Perú, durante el proceso de independencia de América Latina.
"Más allá de las utopías, es el mismo sur de Pepe Mujica (presidente de Uruguay), de Cristina Fernández (Argentina), de Evo Morales (Bolivia), de Rafael Correa (Ecuador). Ese sur que existe para nosotros fue forjado por hombres como Sucre".

Así, el periodista y diputado a la Asamblea Nacional (AN) Earle Herrera resumió la esencia de un discurso pronunciado este domingo en Cumaná, estado Sucre, ciudad natal del Mariscal, a propósito de la celebración de los 218 años de su nacimiento.

Herrera destacó la lealtad que signó la vida de Sucre hacia su mentor político y de armas, Simón Bolívar, y la causa que este lideró. Con esa idea, citó una carta del Libertador, en la que hablaba así de Sucre:

"El general Sucre es el padre de Ayacucho, es el redentor de los hijos del Sol (los Incas), es quien ha roto las cadenas con que envolvió Pizarro (colonizador español) el imperio de los Incas. La posteridad representará a Sucre con un pie en Pichincha y otro en el Potosí, llevando en sus manos las cadenas del Perú, rotas por su espada".

Tras ser nombrado comandante de los ejércitos del Sur, Antonio José de Sucre dirigió las estratégicas batallas de Pichincha, Ayacucho y Junín.

"Por eso, hermanos, si un día ustedes visitan la ciudadela de Machu Picchu (Perú), no olviden que su viaje comenzó en la llanura de Ayacucho, el 9 de diciembre de 1924, cuando el Mariscal selló la victoria que permite que, ahora, tu estés allí, más cerca del sol", expresó Herrera.

Antonio José de Sucre fue asesinado en obediencia a un complot entre generales que adversaban la causa independentista, en Berruecos, Colombia, un día de junio de 1830.

Dicen algunas crónicas de la historia que Bolívar, en sus últimos días en las costas colombianas, lloró amargamente la muerte de Sucre e interpretó el hecho como una componenda de las oligarquías neogranadinas para evitar que el liderazgo del Mariscal en la región y su conocida lealtad hacia Bolívar lo pudieran convertir en sucesor político del Libertador.

El Gobierno actual de Venezuela ha querido reavivar la memoria de líderes como Sucre para rescatar elementos históricos que que fueron omitidos en las versiones burguesas.

FUENTE: AVN

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