Gómez Bello residía solo en la urbanización El Bosque de Anaco. Vivía entre comodidades y ciertos lujos gracias a su trabajo. En sus ratos libres salía a pasear en bicicleta y además jugaba tenis con sus amigos.
Con esos mismos amigos y conocidos, porque era muy sociable, compartía parrillas y reuniones. Su amabilidad y carisma no solo se las profesaba a sus allegados, ya que ayudaba a quien lo necesitaba y podía.
Sus allegados cuentan que participaba en actividades benéficas para animales de la calle y para adultos mayores con la entrega de medicinas y lo que consideraba que estaba a su alcance. Incluso en sus viajes entre Estados Unidos y Venezuela, transportaba medicamentos que en el país no se conseguían y el familiar de algún amigo o conocido necesitaba.
Esa acción de generosidad que Gómez Bello hacía y que no divulgaba porque prefería la discreción, fue agradecida a través de mensajes en las redes sociales por personas que lo conocían y que lamentaron su trágica muerte a manos de Oriannys del Valle Ordaz Vargas, de 21 años de edad, según el parte del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística (Cicpc).
La joven, como se explica en el expediente, le dio un disparo en la cabeza a Gómez Bello y fue su madre quien lo halló agonizando en una cama y lo llevó a la clínica donde finalmente murió. Gómez Bello dejó en la orfandad a una niña de un año de edad.
Su presunta victimaria quedó bajo arresto cuando acudió a la sede del Cicpc en Anaco, para rendir declaraciones. Se conoció que dijo que tomó el arma de Gómez Bello y le disparó. La dama no era pareja del piloto, pero la versión que maneja la policía es que mantenía encuentros casuales con él. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de Marinelid Marcano - El Pitazo
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