La jovencita era la cuarta persona en ser estrangulada ese día. Luego de que la asfixiaran a ella, no perdió la conciencia inmediatamente y expresó: “¿Viste? No me pasó nada”. Sin embargo, segundos después de dar unos pasos, se desvaneció y cayó en la acera. El impacto le produjo una abertura en la frente y un enorme hematoma en la mejilla.
Sus padres la trasladaron hasta el Hospital de Quíbor, donde le suturaron la herida. También denunciaron el hecho ante la subdelegación de Quíbor del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC), que luego arrestó al adolescente. El Tribunal de Control 1 Sección Penal Adolescentes le imputó intento de homicidio y lesiones. Tiene que presentarse cada 15 días y tiene prohibido acercarse a la víctima y a la unidad educativa, pues no es alumno del liceo Enma Ceballos.
El juego de la asfixia es una práctica en la que se induce voluntariamente el desmayo a través de la estrangulación, con el fin de sentir los efectos del desvanecimiento. Sus víctimas son aquellas sometidas a acoso o intimidación y son obligadas a participar.
FUENTE: https://www.noticiasaldiayalahora.co
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