Entre las 5:30 de la mañana y las 12:30 del mediodía, decenas de personas colocaron barricadas hechas con todo tipo de escombros a lo largo del transitado eje vial, lo que además de impedir el traslado de trabajadores y equipos hasta ese recinto, generó un severo congestionamiento automotor en ambos sentidos del camino.
Adicionalmente, los vecinos solicitaron la inmediata presencia tanto del alcalde Daniel Haro como de los voceros de la industria energética, a fin de iniciar una mesa de trabajo para gestionar soluciones a cada uno de estos problemas.
“En reiteradas oportunidades, hemos denunciando las frecuentes anomalías que afectan a más de 240 familias residenciadas en Maremare, las cuales literalmente se encuentran abandonadas a su suerte, debido al escaso apoyo recibido durante los últimos cuatro años por autoridades regionales y municipales”, señaló la manifestante Ana Maita.
La dama resaltó que “muchos de nosotros, sobre todo niños y jóvenes, debemos trasladarnos en cola hasta Anaco o Cantaura, pues carecemos de autobuses para cubrir esas rutas, aumentando con ello los riesgos de sufrir un percance o el robo de nuestras pertenencias”.
“Por si fuera poco, el poblado se encuentra sumido en la penumbra, pues al menos el 80 por ciento de las lámparas y postes están totalmente dañados, situación a la que se suman continuas fluctuaciones de voltaje y un ambulatorio prácticamente cerrado, al carecer de personal e insumos”.
Por su parte, Diomar Martínez, gobernador de este caserío indígena, recordó que las “promesas de mejoramiento efectuadas en fechas recientes por el burgomaestre y los delegados de Pdvsa se han convertido en letra muerta, pues aún seguimos esperando la instalación de transformadores y la sustitución de todas las guayas transmisoras”.
“Por lo pronto, seguiremos efectuando otras acciones de presión, en aras de lograr una salida oportuna a esta grave crisis de servicios”, comentó Martínez.
Ausencia
Tras siete horas esperando por la llegada tanto de autoridades locales como de los voceros de Pdvsa, los habitantes de Maremare decidieron retirarse a sus casas con evidente molestia.
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