En el primer estudio, los participantes bebieron menos de una taza roja que de una taza azul; y en el segundo análisis, los voluntarios comieron menos aperitivos de un plato rojo que de uno azul o blanco. Estos resultados sugieren que el color rojo funciona como una señal de alerta, la cual trabaja fuera de nuestra conciencia, y de ese modo reduce el consumo de alimentos y bebidas de forma incidental.
Para la realización de esta investigación, se creó un stand falso en el que se invitaba a los visitantes a participar en un estudio ficticio que tenía que ver con diversas áreas de la psicología. Las personas que aceptaron, recibieron un cuestionario, que no tenía nada que ver con el propósito real de la investigación, y para contestarlo debían sentarse en una mesa donde deliberadamente se habían colocado 10 pretzels.
Los colores de los platos eran rojo, azul o blanco. Los investigadores invitaron a los participantes a comer los bocadillos mientras respondían las preguntas. Al final, se les pidio a los involucrados que evaluaran las frituras, respondiendo cuánto les habían gustado en una escala de 7 puntos ( 1 = nada, 9 = mucho), además de señalar la hora de su última comida.
Después de completar los cuestionarios, se les dijo a los individuos que el experimento había terminado y entonces, se observó el número pretzels que cada participante comió.
Ahora ya sabes, si estás tratando de perder unos kilos o guardar la línea, usa platos y tazas rojas.
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