Lo que antes se consideraba como desechos, ahora forman parte de la dieta de algunos venezolanos. En las calles de Petare, el barrio más grande de América Latina, se comercializan pellejos de pollo y res para el consumo de las personas que no les alcanza para comprar otro tipo de proteína animal.Al aire libre y en una bandeja puesta sobre pequeñas cajas de cartón se aprecian los pellejos en plena calle del sector La Agricultura. Un enjambre de moscas otros insectos posan sobre los retazos de cuero mal cortado.
Los puestos donde los venden se confunden con los de artículos de primera necesidad, junto a mesas con pequeñas bolsas de aceite, café, azúcar, harina, jabón y sal conforman más de tres cuadras de buhonería
Las personas de los sectores más humildes son los principales compradores de pellejo, pese al grado de insalubridad los adquieren con total normalidad, como si se tratase de una compra rutinaria en una carnicería.
Uno de los vendedores detalló que el precio varía dependiendo del tipo de pellejo, los de pollo se consiguen en 60 y 70 mil bolívares, mientras que los de res tienen un costo de 80 mil, dicen que son más caros porque, en algunos casos, pueden venir con trozos carne.
Además de los pellejos también se ofrecen lo que popularmente se conoce como “carapacho”, que no es más que los huesos que conforman la caja torácica del pollo. Estos tienen un precio de 120 mil bolívares.
Según uno de los buhoneros, las comidas que la gente que prepara con estos restos son caldos, caraotas, también los compran para mezclarlo con arroz y pasta.
Si se hace un cálculo en base al millón 307.646 bolívares que perciben los venezolanos como salario mínimo integral, se necesitan dos días de trabajo para comprar un kilo de pellejos de carne, y tres para adquirir uno de “carapacho”.
Estas pieles contienen un alto contenido en grasas y a juicio de especialistas en materia de nutrición no deben ser sustituidos por las proteínas normales.
FUENTE: Joan Camargo - http://www.caraotadigital.net - (PULSE AQUÍ)
