Tal caso se ha hecho fuerte en las últimas semanas con denuncias desde distintas áreas rurales, sobre todo de los municipios Anaco, Freites y Santa Ana, desde donde los habitantes se quejan por las irregularidades constantes de parte de quienes laboran para estas empresas tanto públicas como privadas.
“No respetan a los vecinos, pasan en las camionetas a toda velocidad, saltan policías acostados, señalizaciones e incluso pican cauchos levantando polvo que para los niños es un serio problema que les genera enfermedades respiratorias. Algo deben hacer desde las distintas gerencias de Pdvsa para controlar a sus trabajadores”, señalaba vía telefónica Marlene Sosa, vecina de San Joaquín, quien vivió momentos de terror esta semana.
“El conductor de una camioneta blanca con las siglas de Pdvsa, salió de una casa donde estaba de visita, cruzó la calle y por poco arrolla a mis dos niñas que manejaban bicicleta en el frente de mi casa”, agregó Sosa.
Igual señalamiento hizo José Manríquez hace dos semanas cuando denunció que un grupo de trabajadores a bordo de una camioneta sin logos pasó por su casa en la entrada a Pueblo Nuevo con música a alto volumen y con escándalos.
“Creo que son acciones que dejan malparadas a las compañías para las que laboran. Lo peor del caso es que los carros que utilizan ahora no tienen números de contacto para denunciarlos formalmente, por eso llamé al periódico para que tomen cartas en el asunto”, comentó el morador.
Bebidas
Si el caso de las altas velocidades es delicado, ni hablar de lo que otros trabajadores petroleros hacen, tomar licor mientras laboran.
Según indicó Marlene Sosa, hay varios empleados de la industria que se unen para consumir licor, sobre todo los fines de semana en estos poblados, con uniformes y camionetas de sus empresas.
“Es un riesgo, en manos de quién está el futuro de Venezuela. No me quiero ni imaginar un caso de emergencia y ellos tomados. Es urgente una revisión de estos acontecimientos”, sentenció.
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