Esta vez asesinaron a Argenis Culpa, de 54 años, con 25 de ellos de servicio en la institución policial.
La noche del jueves 16, fecha en la institución policial celebraba el día del policía, en horas de la noche, pistoleros armados mataron al oficial jefe Jarvin José Párica, de 36 años, jefe de seguridad de la Gobernación del estado Anzoátegui. No le quitaron el arma ni la moto porque el funcionario accionó la pistola antes de morir y los hizo huir.
Los hechos
Aproximadamente a las 7:00 de la noche de ayer domingo, en la calle Las Colinas adyacente al anfiteatro de Píritu, tres individuos que andaban en un vehículo Chevrolet Swift color robo, se bajaron, encañonaron con sus armas y sometieron a un grupo de personas que se encontraban en una vivienda tomando café.
Los delincuentes metieron al grupo de vecinos en uno de los cuartos de la residencia menos el oficial. “Tú te quedas aquí” dijeron al funcionario.
Los residentes cerca del lugar de los hechos comentaron que a los pocos minutos escucharon cuatro detonaciones y vieron cuando huyeron los hampones en el vehículo en el que andaban.
Cuando los amigos salieron del cuarto vieron tirado en el piso de la casa a Culpa, moribundo y sin su arma de reglamento.
De inmediato llamaron al CCP de Píritu, al cual estaba adscrito el oficial Culpa, para que lo auxiliaran.
En una ambulancia del módulo del sector Capachal, los compañeros lo trasladaron al hospital Luis Razetti, en Barcelona, pero en la entrada de la empresa Sincor, en el Criogénico de José falleció.
En el recinto forense, los expertos del Eje de Homicidio del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas de Píritu, le observaron un disparo en el intercostal izquierdo a la altura de la axila, uno en la espalda, en brazo derecho y en la tetilla del mismo lado.
Su esposa Neidis Guaramacuto dijo que su marido la deja con cuatro hijos entre adolescentes y pequeños. Residen en el sector Laguna Azul, cerca del terminal de Píritu.
Señaló que su marido montaba guardia en la alcabala de El Tejar, pero al regresar de vacaciones lo cambiaron.
Clamor
“Ayúdenme no me dejen morir” era lo que clamaba el supervisor, Argenis Culpa a sus compañeros durante el trayecto al hospital Luis Razetti de Barcelona. Sus amigos hicieron lo posible, pero se les quedó en el camino.
FUENTE: Eleida Briceño - http://eltiempo.com.ve |