domingo, 27 de abril de 2014

El PCV rechaza la ley de amnistía pero deja la puerta abierta para los indultos

En la última sesión de la Asamblea Nacional (AN), efectuada el pasado martes 22 de abril, el diputado Yul Jabour, presidente de la Comisión de Política Exterior del Parlamento y dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV), afirmó de manera muy tajante que las y los comunistas no avalaban una eventual ley de amnistía. Esa norma, solicitada por la autodenominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las mesas de diálogo con el Gobierno Nacional, beneficiaría a quienes la oposición califica como presos políticos o como exiliados; esta posibilidad ha generado reacciones en contra de la dirigencia socialista, y Jabour también lo expuso así en su intervención.

Sin embargo, el PCV no está en contra de indultos, si fuese el caso y estuviesen plenamente justificados, para presos como el excomisario Iván Simonovis, quien cumple una condena por algunos asesinatos cometidos el 11 de abril de 2002, en el contexto del golpe de Estado contra el presidente Hugo Chávez.

En el caso de Simonovis, acota Jabour, si por su situación de salud se ameritara el indulto habría que evaluarlo bien. El parlamentario insiste en que hay pruebas de que Simonovis “mandó a matar” al pueblo congregado en Puente Llaguno, pero agrega que ello no impide evaluar el caso a la luz del tiempo presente.
SIN BORRÓN Y CUENTA NUEVA

Jabour recibe al Correo del Orinoco en la sala de prensa de la tolda del gallo rojo, en la histórica sede ubicada en San Martín. A su espalda, una pancarta en la que están presentes los líderes históricos del PCV; debajo de sus manos, un mantel en el que la hoz y el martillo son los protagonistas.

El dirigente, quien se prepara para el combate verbal con su sonrisa habitual, es la imagen contraria de la campaña anticomunista lanzada durante décadas. En él brillan la paciencia y la inteligencia.

El diputado señala que en el país la única ley de amnistía es la que promulgó Chávez en 2007, y que benefició “a actores del golpe de Estado de 2002”; es decir, a quienes firmaron el decreto del Carmonazo y allanaron las casas de gobernadores bolivarianos, por ejemplo, pero no se extendió a quienes estuvieron incursos en delitos de lesa humanidad. “Hoy se pretende, con una ley de amnistía, hacer borrón y cuenta nueva”, deplora, y recuerda que entre amnistía e indulto hay grandes diferencias. “La amnistía recae sobre el delito” e incluso “no quedan antecedentes penales”, puntualiza, mientras que con el indulto “se reconoce que hubo un delito, pero se perdona el cumplimiento de la pena”.

El PCV estima que una ley de amnistía, en este contexto, significaría “institucionalizar la impunidad”. Pero recuerda que el elemento humanitario “es un principio fundamental para los comunistas, para los socialistas y para los bolivarianos”, y por eso “no podemos desconoce que pudiesen haber situaciones que requirieran un beneficio de carácter humanitario”, que sería “mediante el indulto”.

-¿El PCV no está negado al indulto?

-No estamos negados, porque no podemos cerrar el elemento humano. Pero para nosotros hay dos elementos sine qua non, para un indulto: que de verdad se compruebe que existe una situación que requiera del beneficio humanitario (una enfermedad grave). El indulto no puede ser para que alguien que haya robado en este país y que se haya ido al exterior, como muchos que ahora se llaman exiliados políticos, quieran volver. Eso no puede ser. Y el segundo elemento que nosotros consideramos muy importante es el reconocimiento de haber cometido ese delito, y por supuesto, que se arrepientan. Y ese arrepentimiento se manifiesta con el perdón al pueblo venezolano.

-¿Cómo debería ser ese arrepentimiento?

-Pedirle perdón públicamente al pueblo venezolano por ese delito. No lo han hecho. Para nosotros esas son condiciones sine qua non. La pérdida de vidas humanas es irreparable, pero existe una responsabilidad de estos señores, con un debido proceso; es una responsabilidad frente a los familiares de las víctimas, la sociedad y el pueblo venezolano.

A título personal, aclara que ese perdón no tiene que ser “un evento apoteósico” y que se podría hacer “con una declaración escrita” o “con una carta al país”. Pero evalúa que no ocurrirá “porque la arrogancia y la prepotencia de quienes cometen ese tipo de actos no les permiten pedirle perdón al pueblo”.
¿UNA CAPITULACIÓN?

Para avanzar hacia la paz “no puede haber impunidad”, sentencia, porque eso sería “una forma de capitulación que envalentonaría a estos señores para nuevas acciones” contra el pueblo. “Eso históricamente ha sido así: cuando ha habido perdón de ese tipo contra estas acciones fascistas generalmente se traduce en nuevos golpes de Estado, nuevas agresiones”.

-¿La amnistía sería una capitulación?

-El pueblo venezolano pudiera verla como una capitulación. Una ley como la que está pidiendo la MUD nuestro pueblo la pudiera ver como una capitulación.

Para Jabour, los hechos violentos registrados en el país en los últimos dos meses tuvieron la complicidad de los medios internacionales. Mas frente a ello, el pueblo “se ha mantenido disciplinadamente y organizadamente firme”, con manifestaciones en apoyo a la Revolución “y contra el terrorismo”.

A los reclamos sobre violaciones de los derechos humanos en las recientes protestas, el legislador remarca que, por primera vez y gracias a la Revolución, los derechos humanos tienen rango constitucional, e incluso se logró promulgar una ley para investigar los abusos cometidos contra los derechos humanos durante el Puntofijismo (con expedientes tan terribles como el de Donato Carmona, quien sigue desaparecido). Cita, igualmente, casos como el de Livia Gouverneur y el del capitán Manuel Rodríguez Ponte “a quien lo dejan morir de mengua”.

Jabour reprocha que los herederos de los responsables de estos crímenes “ahora se sientan como lobos disfrazados de ovejitas” en la mesa de diálogo y digan que no saben de golpes de Estado y que desconocen la unidad cívico-militar; olvidan cómo diputados de izquierda fueron detenidos y despojados de su inmunidad parlamentaria en los años 60 y 70 del siglo XX, sin derecho a la defensa. “Esos que históricamente han violado los derechos humanos del pueblo venezolano” ahora sí hablan de ellos, cuestiona.

“NO HAY PRESOS POLÍTICOS”

El diputado, representante de un partido que acompaña al Gobierno Nacional sin por eso dejar de hacer críticas, asevera que en el país “no hay presos políticos”.

-¿No hay nadie preso por razones políticas?

-Por sus diferencias políticas, no. El solo hecho de manifestarte en contra del Gobierno, o por asumir posiciones políticas no se te persigue, no hay desapariciones forzosas por razones políticas, no hay asesinatos de dirigentes políticos. Es una realidad. Esa violencia que ejerció la burguesía contra el movimiento popular revolucionario hoy no existe. Es una realidad.

Piensa que la oposición habla de presos políticos para referirse a personas a quienes se les ha comprobado “responsabilidad personal en hechos tipificados como delitos en la ley venezolana”. Siempre “han querido hacerse ver frente al país como unas víctimas perseguidas de un Gobierno dictatorial, de un Gobierno que no respeta los derechos humanos”.
LA ECONOMÍA, LA ECONOMÍA

El partido comparte que, efectivamente, hay problemas económicos reales, y que las iniciativas del Gobierno “son importantes, pero a nuestro juicio no son suficientes”. Hoy “es de vital importancia avanzar en una reforma tributaria fiscal de manera integral, que implica que los que más ganen sean pechados para pagar impuestos de acuerdo con sus ganancias y que puedan aportar al fisco nacional más que los que menos ganen”.

Jabour remarca, también, la necesidad de “eliminar el IVA (Impuesto al Valor Agregado)” de manera paulatina, y sostiene que un empresario que gana “miles de unidades tributarias al año” no debe pagar el mismo IVA que alguien que recibe un salario mínimo. Recuerda también que el comandante Chávez lo bajó a 12% y adelantó que se avanzaría hacia su eliminación progresiva.

Otro elemento fundamental para el PCV es “la entrega de divisas”. El diputado puntualiza que es “un punto medular”, porque “Venezuela es un país monoexportador” y además ha habido “corrupción a lo largo de estos años” y “se ha perdido una suma de dinero bastante importante”. A su juicio, la lucha principal de la oposición contra el Gobierno es por las divisas.

Mas la realidad se impone, y es esa realidad la que lleva a Jabour a sostener que sería imposible cortar de tajo las importaciones, porque “nos morimos de hambre”, pero sí ratifica el planteamiento de centralizar las importaciones. En otras palabras, los sectores que necesiten rubros del exterior “los solicitan al Estado”, el Estado los compra y los entrega a las importadoras y los importadores, y estos cancelan en bolívares. Planteamiento que las y los comunistas han formulado y siguen manteniendo en la mesa.
UNA COSA ES LA PROTESTA Y OTRA COSA ES TERRORISMO

Para el diputado Yul Jabour está muy claro que, pese a las críticas internas, “hoy el chavismo está mucho más unido que la oposición; el chavismo no implosionó y mantiene el norte de que nuestra bandera es la liberación nacional”.

Jabour marca una diferencia entre terrorismo y protesta. A la luz de hechos recientes, señala que terrorismo es “cuando se cometen hechos contra la vida humana, se colocan guayas”, y sostiene que quienes cometen estos hechos “saben que no tumban el Gobierno, sino que buscan un pronunciamiento de la Fuerza Armada”.

La protesta “es un derecho consagrado en nuestra Carta Magna”, que “ha sido garantizado por la Revolución Bolivariana”. Incluso, el parlamentario recuerda que “nosotros hemos realizado protestas” y “aquí no ha habido presos por protestar”.

-Hay más de 2 mil personas presentadas ante tribunales por las manifestaciones recientes.

-Puede ser que ha habido excesos. El mismo Gobierno ha dicho que ha habido excesos.
IMPERIOS E IMPERIALES

Consultado sobre el argumento opositor que coloca a Rusia y a China como países imperialistas, Yul Jabour recalca que el imperialismo “no está identificado en un país o en un gobierno”, sino que es “la centralización del capital representado en las trasnacionales y en las corporaciones, que hoy dirigen y controlan la política internacional y que hoy tienen a su servicio gobiernos como el de Estados Unidos”.

Puntualiza que Venezuela no está supeditada a una relación imperial con Rusia y China; por el contrario, sostiene que son vínculos de cooperación, y que siempre se firman acuerdos beneficios para la nación.

FUENTE: Vanessa Davies - http://www.correodelorinoco.gob.ve

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