Andrea Guigliano, creadora de la iniciativa denominada Tapas por Vidas junto con Anel Suárez, explicó que el dinero recaudado se destina a fundaciones que ayudan a costear tratamientos médicos, especialistas y trasladados de pacientes, entre otras ayudas.
Por cada kilogramo de polímero le pagan Bs 4.
“Cuatrocientas tapas pequeñas de refresco hacen mil gramos. No importa el color o el tipo, siempre que sean hechas a partir de polímeros. Estas son molidas y utilizadas, nuevamente, como materia prima”, explicó.
Guigliano reside en Valencia (Car) y estudia octavo semestre de Comunicación Social en la Universidad Arturo Michelena. Señaló que la idea nació de una visita a España, donde las recogían para ayudar a un niño discapacitado.
“Al llegar a Venezuela quise ponerla en marcha, porque me pareció una idea genial”, dijo.
Relató que, al comienzo, puso en práctica esta iniciativa como parte del servicio comunitario en la universidad, junto con su compañera de estudios.
Entonces, fue para ayudar a una fundación que no contaba con recursos.
Luego, a partir de agosto pasado, decidieron extender la recolección de tapas a darle apoyar a otras organizaciones benéficas y, desde el 17 de diciembre, son una asociación sin fines de lucro.
La vocera de Tapas por Vidas manifestó que, en menos de un año, han recabado seis toneladas de plástico.
Adelantó que el primer donativo de este año se lo darán a Fundanica, en Carabobo.
| FUENTE: Ligia Dayana Rivas - http://www.ultimasnoticias.com.ve |
