Los malandros ni siquiera respetan la casa de Dios. Rompen los techos y se llevan las ofrendas de los santos, y los carros de los feligreses también son blanco predilecto de los antisociales.
Quien da testimonio sobre eso es María Antonia, feligresa de la parroquia Divino Niño del sector El Paraíso, en Puerto La Cruz. Cuenta que en varias oportunidades, los amigos de lo ajeno han irrumpido en el templo y se han llevado objetos de valor.
Lo más costoso ha sido la camioneta del párroco Boles Law. Un domingo, mientras el padre Felipe Colmenares daba la misa, unos sujetos llegaron al estacionamiento que está a un lado de la iglesia y se la llevaron.
“Apenas se dieron cuenta de que el vehículo no estaba, le dimos parte a la policía.Hasta ahora no ha aparecido el carro”. María Antonia dijo que “gracias a Dios” tienen casi tres meses sin recibir la desagradable visita, pero antes era cada 15 días.
A esconderlo
“Antes el objetivo era la alcancía del Divino Niño, ahora optamos por sacar el dinero todos los días para evitar que se lleven el efectivo”.
La feligresa dice que antes rompían hasta las sillas de aluminio para abrir la caja de madera, a pesar de que le colocan un candado. Entraban por el techo y se llevaban el dinero.
Otro de los activos de la parroquia que se llevaron los delincuentes fueron dos consolas de sonido y además es común escuchar que se hurtan las baterías de los vehículos que se estacionan en la avenida principal del sector portocruzano.
En la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Guaraguao, los feligreses también se ven afectados por el hampa.
Esperanza Rodríguez, secretaria del padre Domingo Marcano, contó que junto a la iglesia hay un terreno amplio destinado para estacionar los carros y durante la misa cierran el portón.
Hay algunos asistentes que prefieren estacionar en la calle, cerca de la entrada principal y es allí donde los antisociales les sacan la batería o el reproductor a los vehículos.
“El padre, cada vez que empieza la misa, insiste en que metan los carros en el terreno, pero no le hacen caso”.
Casados y sin whisky
Para muestra de la actuación de los delincuentes, cuentan que una pareja se estaba casando en la iglesia Nuestra Señora de Guadalupe y guaradaba el whisky en una camioneta. Tras terminar la ceremonia, se dieron cuenta de que unos malandros se habían ido a celebrar con las botellas que hurtaron. Dios los perdone.
En tres platos
1.- Vecinos de Guaraguao, en el municipio Sotillo, dicen estar cansados de que los delincuentes hagan de las suyas en el sector. Por eso desde hace aproximadamente un año empezaron a colocar portones para evitar que extraños ingresen a la urbanización. Francia Moreno reside en la calle 6 y dice que eso ha sido en vano. “Los atracos no han bajado ni un poquito. Seguimos estando expuestos a que nos malogren en cualquier momento”.
2.- Durante los días previos a la Semana Santa de este año, los “choros” le pusieron el ojo a la iglesia Santa Cruz, ubicada en el casco central de Puerto La Cruz. El Domingo de Ramos, después de que terminara la misa de la bendición de las palmas, unos sujetos armados sometieron a quienes estaban en el lugar y le quitaron teléfonos y prendas.
3.- Cecilia Viña, miembro de la parroquia Nuestra Señora de Guadalupe, dijo que en las últimas semanas han abierto los carros de los feligreses para robar las baterías. El domingo pasado le rompieron el vidrio al carro de uno de los asistentes, para llevarse el reproductor. Además, la hermana del monseñor Carlos Viña señaló que hace días golpearon al cuidador de carros, a quien conocen como “El Negrito” que es de confianza y tiene la pierna lesionada.
FUENTE: María Virginia Matute / El Mío - http://eltiempo.com.ve
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