La ceremonia se llevó a cabo en la sede del Museo del Béisbol, ubicado en Valencia, donde oficialmente se les dio ingreso al Salón de la Fama a las nuevas luminarias de la pelota criolla.
“Sí, señor, el deporte vuelve a unirnos”, declaró Vené. Con su característico sentido del humor, añadió: “Hablan tan bonito de mí, que pensé ya me había muerto”.
“Hoy me elevan junto a Dámaso Blanco, enorme honor. Bueno desde hoy, Dámaso y yo somos inmortales, o sea, no moriremos”, expresó.
Blanco, por su parte, aseguró que el martes fue “el día más importante de mi carrera como pelotero. Ser exaltado al Salón de la Fama del Beisbol de Venezuela excede cualquiera de mis sueños”.
En el presidio estuvieron Daniel Cárdenas e Hilda Lares de Cárdenas, presidente y vicepresidenta de la Fundación Deportiva Carlos Cárdenas, respectivamente; Giner García, director ejecutivo del Salón de la Fama y Rosario Anzola, directora ejecutiva del Museo de Beisbol, entre otras autoridades.
Además asistieron reconocidas figuras del beisbol criollo, como también familiares y amigos de los homenajeados; representantes del Grupo Sambil y de la Fundación Deportiva Carlos Cárdenas.
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