Urribarrí presume que el problema tiene su raíz hace cinco años atrás, cuando su hermano, Kelvin Urribarrí, denunció un caso de corrupción en la sede de PDVSA Morichal, municipio Maturín, en el estado Monagas. “A él lo botaron y el demandó. El año pasado el tribunal falló a su favor y está a la espera que lo indemnicen”. Explicó que hace 20 días recibió una llamada de su pariente, quien está en el extranjero, para que pasara por las torres del centro porque al parecer el cheque ya estaba listo.
Desde entonces empezó a recibir las llamadas amenazante. El pasado lunes en la mañana, al salir de su casa, situada detrás de la Plaza de Toros, encontró un grafiti en la pared donde lo amenazaban, unos panfletos simplemente firmados con las siglas del Partido Socialista Unidos de Venezuela (PSUV) y unas fotos con su hijo pequeño que tenía unas balas pegadas.
En la noche, a la altura del 171, una camioneta Súper Duty lo impactó en una puerta. “Cuando me bajé a reclamar, un sujeto vestido de rojo sacó un arma y me dijo: 'Sé quién eres y donde vives. Tienes los días contados'”. Al otro día acudí a colocar la denuncia en la sede de la Policía municipal y ahora tengo que espera unos 15 días para que esta proceda.
FUENTE: José Manuel Sánchez - http://www.laverdad.com |