Descalzo y sin nada en el estómago, Wuilker partió, como todas las mañanas desde hace seis años, a su particular faena, que consiste en mendigar un trozo de empanada, hamburguesa o perrocaliente.Wuilker tiene 16 años y a pesar de su situación, comentó que no abandona su sueño de ser futbolista profesional.
Víctima de una familia disfuncional y echado a golpes de su casa, este adolescente recorre diariamente el municipio Chacao de este a oeste. Dice que lo conoce por completo: sabe dónde y cómo pedir comida.
Cada noche, debajo de una alcantarilla, Wuilker le pide al cielo estrellado de Caracas que lo ayude a conseguir un trabajo que le permita bañarse y comer, por lo menos, tres veces al día.
Él vive de la solidaridad de la gente, pero también sufre sus desprecios y malos tratos.
Este menor de edad en situación de calle aún siente el frío filo de un cuchillo que le ocasionó varias lesiones superficiales en su cuerpo.
“Hace como cinco meses un guardia nacional aprovechó que estaba durmiendo para cortarme con un cuchillo“, relató. ->>Vea más...
FUENTE: Con información de http://www.caraotadigital.net
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