lunes, 4 de junio de 2018

Leonardo Sanabria: “Hemos apartado el orgullo para dejar que nuestra hija se ponga a pedir”

Son las 11:30 de la noche del miércoles 11 de abril. Una niña de ocho años de edad come dos arepas sentada en una acera de la parroquia Antímano. Mientras, es observada e interrogada por los adultos que le regalaron la cena. La niña muerde la arepa, se ríe y conversa. Sin temor, cuenta su historia: desde cuándo y por qué vive en la calle.

Ella, a diferencia de los otros niños en situación de calle, no desconfía de los adultos. Come, se asea, juega y duerme a la intemperie, pero siempre está bajo la protección de sus padres.

Leonardo Sanabria, el padre de esta niña, tiene 14 meses viviendo en la calle junto a su esposa e hija. Antes vivían en el sector Las Casitas en Guatire. Pero con las lluvias, el terreno que sostenía su casa cedió. Se vinieron a Caracas para vivir donde la hermana de Leonardo. Pero al llegar, se enteraron que por problemas en la zona habían asesinado a su cuñado y desalojado a su hermana de su vivienda. Desde ese día la niña, Leonardo y Carmen, su esposa, pasan sus días y noches en las calles del oeste de Caracas.

La discriminación y abusos que viven las personas y niños que han tomado las aceras y los puentes como su hogar es cotidiana. La compañía de Leonardo y Carmen no evita que su hija sea víctima de los peligros propios de la situación: hace cuatro meses le robaron su uniforme, y por eso dejó de ir a clases; en otra ocasión, mientras dormían, les despojaron a todos de los documentos de identidad.

Leonardo vende plátanos en el centro de Caracas. En abril, le pagaban 200.000 bolívares y una pila de cinco plátanos por el día de trabajo; con eso compraban sardinas, pan o recortes de yuca y cocinaban en uno de los callejones cercanos a la Iglesia de Antímano. Carmen planchaba cuando solicitaban sus servicios. Pero el trabajo de ella no era constante y el de Leonardo tampoco. “Dormir en la calle con dos mujeres no es fácil. No es que me puedo lanzar a roncar. Por eso a veces llego tarde y ya han llegado otras personas a ayudar a los plataneros”.

Carmen y Leonardo no siempre tienen qué darle de comer a su hija. Con los ojos inundados de lágrimas y voz muy baja, Leonardo decide hablar de sus sentimientos : “Nosotros nos hemos visto en la obligación de apartar nuestro orgullo y dejarla en un lugar para que se ponga a pedir o a limpiar una mesa en un restaurant para que le den una empanada quemada, o a veces le agrada algún cliente y le regala algo”.

Desde finales de 2015 Leonardo Rodríguez, director de la Red de Casas Don Bosco, calcula que la población infantil y las familias con niños en la calle han aumentado. Para los especialistas, en 2018 la principal causa de los niños en situación de calle es la pobreza extrema. Explican que la presencia de los niños en las calles caraqueñas disminuyó al final de la década del 2000, pero hasta la fecha el problema de base no se ha resuelto. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

FUENTE: Con información de Grisha Vera - https://elpitazo.com - (PULSE AQUÍ)

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