martes, 24 de abril de 2018

¿Qué tan costoso es para el venezolano comer en la calle?

“El venezolano debe comer mucho menos en la calle, es un golpe para el bolsillo. Si una persona gana salario mínimo y come por lo menos dos veces a la semana en la calle afecta el presupuesto que tiene para otros gastos que quizás son mucho más primordiales”, es la conclusión a la que llega un venezolano de “a pie” cuando intenta acceder a un desayuno, almuerzo, cena, o una simple merienda en cualquier zona de Caracas.

La opción más económica, después que pasa la mañana, es la de acercarse a establecimientos de perros calientes, pepitos o hamburguesas, los cuales se llenan de personas que buscan saciar el hambre rápidamente con una “bala fría”.

Trabajadores de los puestos de comida rápida señalaron que este tipo de negocio sigue siendo lucrativo a pesar del alza de los precios.

“Sigue siendo rentable mantener un puesto de perros calientes, la gente que viene a rumbear o a cenar también come”, detalló un vendedor de perros calientes

Un perro caliente puede costar entre 120.000 y 180.000 bolívares; el precio de una hamburguesa está entre 380.000 y 550.000 bolívares, mientras que las bebidas pequeñas y el agua cuestan 100.000 bolívares.

Los clientes indicaron que para una persona que gana sueldo mínimo, fijado en 392.646 bolívares desde el 1° de marzo, con un Bono de Alimentación que asciende a 915.000, es imposible comprar comida en la calle.

“Con un sueldo mínimo puedes comprar solo una hamburguesa normal sin bebida (…) La gente que tiene una sola fuente de ingreso no puede darse el lujo de rumbear y comer en la calle”, comentó un joven. Hasta preparar este tipo de comida en casa sale muy costoso.

La situación económica y social ha afectado los espacios de recreación diurna y nocturna que sirven como escape de la cotidianidad. Cada vez que los restaurantes y discotecas abren, al menos por una noche, muchos intentan olvidar la angustia que causa vivir en un país donde reina la incertidumbre y el desasosiego.

Las ventas en las loncherías y restaurantes de Caracas disminuyeron debido a los altos costos de los alimentos. En los centros comerciales principales de la ciudad de Caracas se observa el cierre de restaurantes, fuentes de soda y cafeterías. Cuando logras conseguir alguna cafetería que vende el preciado líquido (café) a un precio bajo, es casi seguro que algo faltara en la mezcla: azúcar, leche inclusive hasta el vaso.

Recorrido por las calles de Caracas

Si realizamos un recorrido por las principales calles del centro de Caracas para conversar con el ciudadano de pie, podremos evidenciar que este venezolano considera un lujo comer en la calle actualmente, pues comprar una empanada, acompañada de un jugo o café puede suponer un gasto de 120 mil bolívares o más (cifra promedio).

Varios de los venezolanos consultados piensan que el dinero no alcanza para comer todos los días en la calle, aunque muchos de ellos “de vez en cuando” deciden consentirse y comerse algo fuera de casa, se observa, por ejemplo, para ahorrar costos, el venezolano carga en sus carteras o bolsillo, una galletica o bolsa de azúcar, lo demás vendrá por añadidura, es decir, el hecho de compartir y distraerse.

Hay quienes afirman que: “Buscando la economía se puede comer una sola vez, porque hay otras necesidades”.

¿Qué es propiamente una merienda?

La popular palabra merienda, que se le llama comida de tropa, tiene la misma raíz latina que las palabras “mérito”, “merecer” y “meretriz”, que viene a significar algo así como dama que sale a merecerse la vida o, según otras fuentes, dama que anda en busca de un hombre meritorio. Divagaciones etimológicas y sexistas aparte, merienda hoy se refiere a una comida breve, a mitad de mañana y mitad de tarde, que sirve de puente de guerra entre las presuntas tres comidas principales.

Hoy evidenciamos que los venezolanos a pesar de la crisis, hace aproximadamente siete años, aprendió a comer mejor, y que hoy, con no poca frustración, se topa con que ya no puede mantener los estándares de dieta cualitativa y variada que precisamente había recién establecido después de décadas de infantilismo alimenticio prolongado.

Los ingresos económicos no son holgados. Es necesario hacer rendir lo que se gana, que no es en dólares.

Es posible sostener hábitos adquiridos, siguiendo unas normas sencillas:

Siempre es mejor comer un poco que nada, es decir, dejar al sistema digestivo largas horas sin trabajar.
Siempre habrá unos alimentos mejores que otros, incluso dentro de la limitación de opciones que padecemos actualmente. Ejemplo: hace 10 años, a muchas personas les resultaba adecuado merendar o incluso almorzar una bolsita de un cereal llamado Flips. Hoy, en lo posible, se trata de evitar o moderar alimentos procesados o con azúcar refinada.
Todo es extremadamente caro, pero siempre hay mejores maneras de sufrir la inflación que otras. Es decir, podemos elegir mejor entre dos opciones que anden igualmente por las nubes. Es importante saber que, aunque hoy la recomendación de la merienda (como el hábito del alimento breve que ayuda a regular los niveles de glucosa, acelera el metabolismo y evita llegar con excesiva ansiedad a las comidas principales) está más o menos universalmente extendida, no todos los especialistas comparten el concepto.
Hablan los expertos

Por allí se ha escuchado a chefs japoneses que sugieren comer según la posición del sol: al amanecer, al mediodía y al atardecer. Y a nutricionistas muy respetables que sostienen que, para un trabajador promedio, es muy complicado interrumpir sus ocupaciones a media mañana o media tarde y que, en todo caso, lo recomendable es aprovisionarse de un tanque lleno de carbohidratos en el desayuno.

Las cinco comidas diarias le funcionan a la mayoría de venezolanos, así lo afirman nutricionista que padecen la crisis Estas son algunas opciones que siguen al menos en Caracas, y que se consideran medianamente más saludables que otras, y que no erosionan exageradamente el bolsillo del venezolano, y que en una ocasión de emergencia pueden sustituir incluso alguna de las comidas principales.

FUENTE: Con información de Yetcemali Martinez - http://segurosybanca.com - (PULSE AQUÍ)

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