Acostado en su cama clínica con un brazo esposado y una Biblia en la mano, el preso admite que no era la primera vez que comía ratas: «Yo las he comido varias veces, por la necesidad, por el hambre. Pero las que me comí recientemente no las mate yo, las agarré muertas del contenedor de basura que tenemos en el penal. Las cocinamos, pero quedaron como crudas. Así mismo las comimos. Yo creo que estaban envenenadas y por eso me cayeron mal. Las otras que me he comido las he matado yo», relató de forma pausada.
Además de las afecciones provocadas por la ingesta de la rata, Mago presenta un cuadro de desnutrición severa por falta de proteínas, lo que le ha producido inflamación en las piernas y los pies. Natural de Cumaná, estado Sucre, no tiene familiares que le ayuden con el suministro de alimentos y medicinas en Bolívar. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)
FUENTE: Ludmila Vinogradoff - http://www.abc.es - (PULSE AQUÍ)