Fanny Anane, una indígena que vive en el estado Zulia, implora al Gobierno de Nicolás Maduro, que la ayude con la dotación de medicamentos para tratar curar a sus dos hijos, quienes padecen paludismo, enfermedad que había sido erradicada del país hace a mediados del siglo pasado.“Le pido al Gobierno, por favor, que nos ayude con los medicamentos, si no, nos vamos morir con paludismo… Tengo a mis hijos Juan Carlos Aname y Estefanía Sierra, sufriendo de paludismo. Fui a Machiques y no hay tratamiento; y en Los Ángeles del Tokuko tampoco hay tratamiento”, suplica la joven madre.
“Por favor, ayúdennos con los medicamentos”, exclama en un video nviado a Aleteia por fray Nelson Sandoval, director de Los Ángeles del Tokuko, un centro misionero fundado en Machiques, el 2 de octubre de 1945. “No solamente son mis hijos, también hay muchas otras personas aquí, afectados por el paludismo”, dice la mujer, haciéndose eco de otros miembros de su comunidad igualmente afectados por el paludismo o malaria, reseña una nota de prensa de CEV.
En el video aparecen sus dos hijos adolescentes: Juan Carlos y Estefanía. La niña ya está “tirada” en una cama de la humilde vivienda; el varón, aunque también “sufre los escalofríos” de esta enfermedad, todavía se mantiene en pie, mostrando al mundo su inocente rostro indígena.
El clamor por sus hijos y vecinos corre el riesgo de ahogarse entre las montañas de la Sierra de Perijá y el desinterés del Gobierno de Maduro, que todavía se muestra reticente a abrir un canal humanitario. El grito de Anaime y el miedo a perder a sus seres más queridos, busca motivar a que “alguien” del Gobierno pueda hacer “algo” por ellos. Ella, tal vez no sabe, que los indígenas están considerados entre “los más olvidados” del mundo.
FUENTE: Con información de http://elcooperante.com - (PULSE AQUÍ)
