miércoles, 18 de octubre de 2017

El payaso depravado que abusó y mató a adolescente en Carapita

Los vecinos caminaban desesperados observando y detallando cada rincón del barrio, tocaban las puertas de las casas y preguntaban si habían visto a una persona, se dispersaron por cada punto de la zona hasta que llegaron a un basurero del sector y se encontraron con algo perturbador. Dentro de un saco se hallaba el cadáver desnudo de una adolescente de 14 años.

Ese domingo 15 de octubre el dolor y la desesperación arroparon al sector El Cardón de Carapita, parroquia Antímano del municipio Libertador de Caracas. El llanto de los familiares de la víctima no se hizo esperar y más por la forma como fue encontrada. Su cuerpo estaba desnudo, solo calzaba una zapatilla, su ropa estaba doblada dentro del saco, presentaba puñaladas en el pecho y había sido abusada sexualmente. El hombre que la había asesinado responde al nombre de Rigoberto Enrique León, de 36 años, quien se desempeñaba como payaso en fiestas infantiles.

Un depravado acoso
Desde hace dos años la adolescente de 14 años sufría por un depravado acoso por parte de su vecino, Rigoberto León. Eran varias las oportunidades en las que este hombre la sorprendía, le lanzaba besos y le profería ofensas sexuales, en uno de estos casos este sujeto intentó darle un beso en la boca, ella le propinó una cachetada y salió corriendo, así contaron sus deudos en la morgue de Bello Monte.

Tanta era la persecución de este individuo que la adolescente le contó a su madre, y ella a su vez fue hasta la casa de su vecino a reclamarle, pero él sonrió, dijo que “eran cosas de muchachos” y la progenitora de la joven no siguió insistiendo. El viernes 13 de octubre alrededor de las 9:00 de la mañana la víctima salió de su casa a la vivienda de su abuela en el sector. En el camino, la fémina tenía que pasar por el inmueble de Rigoberto momento en el que este, aprovechó para someterla.

El individuo la agarró por un brazo, la introdujo en su domicilio y cerró la puerta con llave. Todo aquello lo había visto una vecina de seis años, quien contó a su madre lo que había observado, pero ella hizo caso omiso. A pesar de lo que le dijo la menor a su madre, ella la mandó a buscar sal en la casa de Rigoberto. Cuando el hombre abrió la puerta, estaba sudado, con las manos llenas de sangre y solo cubriéndose con un paño, le dijo a la niña que buscara un envase para dársela, ella se fue, luego regresó y él le entregó la sal. A la infante le pareció extraño lo que vio, le volvió a decir a su mamá, pero no la tomó en cuenta.

Luego de unos momentos, Rigoberto salió de su propiedad con un saco y fue visto por la abuela de la adolescente, él se puso nervioso, se le cayó el costal, después lo levantó y se fue del lugar. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)

FUENTE: Con información de Lysaura Fuentes - http://elcooperante.com

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