martes, 6 de junio de 2017

Alexander Escorche. “Me apuntaron con armas a la cabeza”

Eran las 4:30 am del jueves, 1 de junio, cuando el sueño pesado del periodista Alexander Escorche fue interrumpido por fuertes insultos y golpes a su puerta. Nervioso y aún medio dormido corrió hasta la entrada de su anexo y, sin siquiera encender la luz, abrió y se encontró con algunas linternas encendidas que lo apuntaban directamente a su cara.

“¡Abre, maldito. Abre!, me gritaban los funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB). Encandilado, intentaba decirles que no tumbaran la reja, que yo les abría, pero en ese momento otro grupo de aproximadamente 20 funcionarios entró al anexo por la otra puerta. Me sometieron, me tiraron al suelo y colocaron las armas en mi cabeza”, cuenta Escorche.

El hecho forma parte de la serie de allanamientos que, durante más de cuatro horas, realizaron funcionarios de las Fuerzas de Acciones Especiales (Faes) de la PNB, el pasado jueves en el sector La Cruz, de Bello Campo, en el municipio Chacao. Más de 150 familias fueron sorprendidas por la irrupción de los funcionarios.

Media hora antes, cerca de las 4:00 am, la casa del mecánico Carlos Zambrano, habitante también del sector, ya había sido chequeada por los agentes policiales. Allí, el modus operandi, aunque mostró rasgos similares, fue distinto. No tumbaron las puertas. Apuntaron a la tía de Zambrano y la obligaron a abrir. En la casa se encontraban también la mamá de Zambrano, de 64 años, sus cuatro hermanos y tres sobrinos menores de edad.

Escorche, dedicado a la creación de contenidos digitales, explica que los funcionarios, además de amedrentarlo, causaron daños en su residencia, tiraron todas sus pertenencias al suelo y además se robaron dos tablet, un ipod y dos teléfonos celulares con los que el comunicador laboraba.

“Además de llevarse mis instrumentos de trabajo, a medida que intento poner orden en el apartamento, me doy cuenta de que se llevaron otras cosas de mucho valor material y sentimental para mí, como mis cadenas de bautizo y mis anillos de grado. Creo que estas personas dedicadas a violar los derechos de los ciudadanos son recompensadas con todo lo que puedan robar a sus víctimas”, reflexiona Escorche.

Zambrano dice que a su residencia “entraron como siete hombres, fueron hasta mi cuarto y me despertaron violentamente. Requisaron todo, pero no se llevaron nada, como sí ocurrió en muchas otras casas donde robaron a las familias”.

En busca de “guarimberos”
“Mientras permanecía sometido en el piso, me golpeaban la cabeza y me halaban el cabello; me preguntaban insistentemente si yo marchaba. Uno de los funcionarios decía que él tenía videos en los que se evidenciaba mi participación en las marchas que se han realizado en contra del Gobierno”, dice el comunicador.

Aunque marchar no es un delito y participar en manifestaciones públicas es generalmente objeto de interés para un periodista, Escorche sostiene que no marcha ni asiste a las protestas porque sufre de condromalacia, enfermedad caracterizada por el desgaste de los cartílagos, que le genera problemas en las piernas y le impide correr.

“Por eso ni siquiera salgo a ver lo que pasa en el distribuidor de Altamira, aunque como periodista pueda tener la sed de conocer de primera mano lo que está pasando”, dice.

Tras la requisa, los destrozos generados en el apartamento y la violencia producida sobre el joven periodista, los funcionarios no encontraron nada de qué acusarlo. “Solo encontraron debajo de mi cama una bandera de Venezuela, que fue autografiada en un concierto de Shakira en su gira del 2006; cuando encontraron la bandera, me decían: Ahhh, ¿esta es la bandera con la que marchas?”.

Zambrano, contrario a lo que señala Escorche, dice haber participado en las protestas que se han realizado en contra del Gobierno, pero asegura que nunca ha hecho nada “irregular” y que en su casa no encontraron nada que lo involucrara en sucesos ilícitos. “Yo sí he salido a protestar, porque si uno no defiende al país, ¿quién lo va a hacer?”, afirmó.

El profesional de la mecánica dice que, mientras los funcionarios realizaban las requisas, preguntaban por “los guarimberos del sector”.

Violencia psicológica
“Tenía y tengo la sensación de que ellos pueden volver; eso me llena de miedo”. Y es que Escorche, en 2009, fue víctima de un secuestro que lo dejó padeciendo ataques de pánico durante ocho meses. “Con tratamiento psicológico yo pude controlar esa situación; ya estaba bastante mejor, pero ahora ellos (los funcionarios) reactivaron todo eso”.

Escorche desconoce si los funcionarios sabían que él era periodista, pero afirma que se dieron cuenta durante la requisa, pues encontraron decenas de credenciales de su participación en distintos eventos.

“Independientemente de si sabían o no que yo era periodista, casi todas las casas fueron visitadas; unas con más violencia que otras, aunque muchos no quieran hablar; es decir, esto no solo me pasó a mí, esto es algo que le está pasando a mucha gente en distintos lugares del país”, afirmó.

FUENTE: Erick Mayora - http://efectococuyo.com

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