miércoles, 22 de marzo de 2017

(Zulia) Exesposo de abogada asesinada: “Yo me quedo con las niñas y con la casa”

Su debilidad por las mujeres, la ambición y la sed de venganza lanzaron al abismo a Luis Rafael Gutiérrez Morales, el cínico estudiante de Contaduría Pública y empleado de una panadería, que luego de ordenar el robo y asesinato de su esposa, la abogada Olga Lucía Urdaneta, cobijó entre sus brazos a la hija más pequeña de ambos para autobrindarse un falso consuelo.

En la propia escena del crimen, en Los Aceitunos, en el hogar de sus suegros, el hombre inició su descarada pieza actoral. Esa mañana, se mostró abatido tras ver el cuerpo inerte, acuchillado y ensangrentado de la madre de sus dos hijas.

Tres días después del crimen, a las 12:30 del mediodía, cuando el equipo reporteril de Versión Final acudió a la vivienda de la familia SánchezPineda en busca de las impresiones de los padres sobre el suceso, Luis Rafael, impúdico, se encontraba en el lugar. Pasaron unos 15 minutos cuando salió del inmueble cargando a sus dos niñas en los brazos. Junto con él se encontraba una joven desaliñada de al menos un metro 50, con cabello teñido de amarillo, la misma con la que había engañado a su esposa.

La mujer abandonó la casa con premura, pero Gutiérrez, ataviado de blue jean y camisa blanca, se dirigió primero a su exsuegro para decirle que se llevaría a las niñas y regresaría más tarde con la intención de acudir a la misa que se celebraría en honor a Olga. La mayor de sus hijas impoluta e inocente de la situación se aferraba con fervor al cuello y cintura de su progenitor. La más pequeña movía su melena encrespada que le limitaba mantener su vista hacia el frente.

Niño consentido

Un allegado de Luis Rafael reveló, bajo el anonimato, los rasgos de su atribulada personalidad: “Él de niño siempre tuvo lo que quiso. Fue mimado, consentido, era el último de sus hermanos. Ya adulto era muy mujeriego y ambicioso. Si tenía plata la gastaba, no ahorraba ni invertía. Todo lo gastaba en mujeres, por ahí vino todo este problema”.

El conocido agregó que la joven pareja vivía un traumático proceso de separación, incluso desde cuando Olga Lucía esperaba a su segunda hija, quien hoy ya tiene dos años de edad. “Todo empezó porque Olga lo encontró con una amante en la casa que ambos compartían, en la tercera etapa de la urbanización La Victoria. Esa casa entre ambos la construyeron y con mucho esfuerzo. Tenían sus comodidades e incluso hasta una piscina en el patio”, precisó.

Al parecer, Luis Rafael no solo tenía a su amante sino que también salía en ocasiones con una exnovia del bachillerato, lo que desató la ira de Olga Lucía y la conllevó a echarlo de su hogar y pedirle la separación. “Yo me quedo con mis hijas y me quedo con la casa”, expresó el hombre entre su círculo más cercano, en clara referencia a que no permitiría que su pareja se quedara con sus bienes.

Gutiérrez planeó a sangre fría la muerte de su esposa en represalia por la denuncia de violencia de género que esta le hizo. Siempre negó ante las autoridades del Cicpc estar vinculado con el homicidio de la jurista.

Los sabuesos de la policía científica le practicaron experticias a su teléfono celular y no hallaron pruebas de participación. “A él le gustaba gastar mucho. Una vez viajó a Aruba y en un día gastó los dólares que tenía. Nadie sabía de dónde sacaba tanta plata, presumimos que era de Olga, por ser abogada”, advirtió una amiga de su infancia.

“De él nunca escuchamos que estuviera en malas pasos, pero su hermano Jonathan sí tenía mala fama. Hace 11 años les mataron a su hermano mayor aparentemente para robarle el carro”, acotó la mujer.

Antonio Pineda mostró a Versión Final, el domingo, el lugar por donde entraron a su casa los asesinos de su hija Olga; ese día, Luis Rafael buscó a sus hijas para ir a misa. Foto: J. Cabrera

FUENTE: http://versionfinal.com.ve

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