martes, 14 de marzo de 2017

“Sopa para un hermano”, una cruzada contra el hambre promovida desde la propia comunidad

Heidi Quintero y Lino Oscar Rodríguez recibieron con alarma las advertencias de sus vecinos. Uno de sus hijos, que tiene la condición de síndrome de Asperger, entregaba su comida a unos indigentes que veía a diario en una plaza, en la ruta que transitaba entre su escuela y su residencia, en los bloques Ana Victoria del popular barrio Simetaca, estado Vargas.
Los padres pensaron que su hijo era víctima del robo de su comida o que por su condición se aprovechaban de él. Pero no era así. Al abordarlo el pequeño contó a sus padres lo afortunado que se sentía por poder llevar comida a la escuela, pero que le parecía triste que hubiese gente sin comer o buscando en la basura, y por eso él compartía la suya. Porque aunque fuese poco, era mejor que pudiese beneficiar a muchos.

“Esa fue una lección de vida. La forma particular que tiene nuestro hijo de ver las cosas nos hizo preguntarnos, ¿qué podemos hacer para enfrentar el hambre que estamos viviendo?, estaba claro que si todos ayudamos la carga será más ligera”, reflexionó frente a la hornilla de su casa Lino Oscar Rodríguez, mientras vigilaba el contenido de la olla que preparaba en casa.

Así comenzó la aventura. Los Rodríguez Quintero decidieron no ser parte del problema sino ser activistas de una solución. A pesar de no contar con mayores recursos, pues son una familia humilde, desde diciembre del año pasado, impulsan cada miércoles, una cruzada contra el hambre que bautizaron como: “Sopa para un hermano”.

La iniciativa busca alimentar a un promedio de 50 personas, quienes hurgan en los contenedores de basura del casco de la parroquia Maiquetía en busca de comida. La sopa es elaborada con insumos donados por comerciantes, vecinos y voluntarios, que se suman a la voz de los impulsores de la actividad, que aseguran que “una papa hace la diferencia”.

“Decimos que una papa hace la diferencia, porque a veces en nuestras neveras queda una papa, una zanahoria, un trozo de auyama y nos parece poco y no lo usamos, o se daña. Sin embargo eso puede ser el único plato de comida de un ser humano. Esa papa, ese envase, esa verdura, ese trozo de pollo o hueso, puede salvar a alguien de comer basura”, reveló Rodríguez.

Voluntariado familiar

“Sopa para un hermano” se impulsa gracias a un voluntariado múltiple. Sin embargo, es evidente que el motor es el trabajo en equipo de los Rodríguez Quintero.

Los hijos menores y algún vecino decoran las tapas de los envases en donde reparten la sopa. Rodríguez y Quintero preparan el alimento como si se tratase de una reunión familiar de domingo, solo que en lugar de salir a comprar los ingredientes, estos llegan por obra de la solidaridad. (PULSE AQUÍ PARA VER MÁS)
FUENTE: Con información de  Nadeska Noriega - https://elpitazo.com

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