Según sus indagaciones, se trata de una red de mujeres y transexuales que, además de vender su cuerpo, ofrecen drogas y dólares a precio de mercado paralelo.
Aparentemente, las mesalinas obtienen monedas extranjeras por el pago de los servicios que ofrecen a los asiáticos que trabajan en el proyecto petrolero de Conversión Profunda. “Antes podíamos ver cinco mujeres, grupos pequeños. Pero ahora es increíble cómo el Paseo se ha colmado de prostitución. En oportunidades Polisotillo se las lleva y luego las sueltan y vuelven otra vez a su mismo sitio de trabajo”, rechazó Barrios.
La concejal Beatriz Pérez Blanco afirmó que desde las 12:00 del mediodía se instalan en el bulevar. Añadió que otro grupo de 10 travestis recorren las calles aledañas en busca de clientes. Aunque la presidenta de la Cámara, Marcia Silva, aseguró desconocer esta red, prometió investigar las denuncias para seguir haciendo de este sitio un lugar de recreación. Sin embargo, admitió la existencia de prostitución en medio de uno de los sitios más concurridos por los habitantes.
Desde el kiosco El Universal
De la calle Bolívar al kiosco El Universal emigró la prostitución. El concejal Luis Barrios rechazó que con el paso del tiempo es más obvio y menos atacado por los organismos. Aseguró que en 2014 pidieron que se creara una comisión para investigar el fenómeno. A pesar de que se instalaron los designados, nunca llegaron a nada. “Todo quedó en papel. Así como siempre pasa”, dijo Barrios.
FUENTE: Katherine Carrizales - http://www.elnorte.com.ve
