martes, 31 de enero de 2017

Los pacientes reumáticos viven un calvario sin sus medicamentos

Tareas sencillas como peinarse, arroparse o incluso sentarse, se han convertido en una tortura para los pacientes reumáticos en Venezuela desde hace unos tres años, cuando sus medicamentos empezaron a desaparecer. En la actualidad, faltan al menos 12 fármacos necesarios para tratar esta condición: metrotexate, prednisona, solumedrol, deflazacort, plaquinol, azulfidine, leflunomide, sulfalacina, adalimumab, azatriopina, rituximab y tocilizumab.

La más fácil de conseguir es la prednisona, puesto que también se receta para uso veterinario. Hasta a las tiendas de mascotas llegan los pacientes que la necesitan, desde hace cerca de un año.

Frente a esta situación dos organizaciones (Fundaver -Fundación Venezolana de Enfermedades Reumáticas- y Asociación Civil Yo Reumático), tres reumatólogos y una dermatóloga emitieron un comunicado dirigido al presidente Nicolás Maduro, la ministra de salud Antonieta Caporale, el presidente del Instituto Venezolano de Seguros Sociales Carlos Rotondaro y el defensor del pueblo Tarek William Saab, para denunciar la grave escasez a la que están sometidos.

En el país hay cerca de 350.000 pacientes con condiciones reumáticas, todos víctimas de no conseguir sus medicamentos o tener que rendir los pocos tratamientos que consiguen. La reumatólogo Verónica Liendo explicó que, al ser enfermedades que no tienen cura, tener un tratamiento “continuo y específico, a dosis específicas”, es fundamental. “Los pacientes requieren tratamientos complejos y combinados, que deben ser supervisados, porque si no, pueden traer daños irreversibles”, o hasta la muerte. El riesgo de morir es hasta 2.8 veces mayor en pacientes con condiciones inflamatorias constantes que en la población general, y aumenta aún más cuando la condición no es tratada correctamente.

Según la galeno, ya se han registrado casos de muerte por escasez de medicamentos en pacientes reumáticos, pero tampoco tienen las cifras oficiales. “Esa debe ser otra exigencia de todos”.

La escasez de medicamentos es aún más complicada puesto que los pacientes reumáticos casi siempre están acompañados por otras patologías. Por ejemplo, suelen necesitar medicamentos neurológicos, antihipertensivos y fármacos para tratar enfermedades como la diabetes y el mal de parkinson. “A mí me pasó. En diciembre llegó a mi consultorio una paciente vomitando y no tenía medicamentos para atenderla”, contó Liendo.

“Ustedes no saben lo que es el dolor. Eso no se puede comparar”, dijo Marino Farías, uno de los pacientes presentes en la rueda de prensa. En su caso, ya han pasado cuatro meses desde la última vez que el Ivss le dio sus medicamentos.

El documento asegura además que “los organismos públicos han obviado todas las guías de uso de medicamentos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y están suministrando a los pacientes los medicamentos en base a su propio criterio, sin entender que el tratamiento de cada paciente debe suministrarse según la frecuencia y dosis que indiquen los informes de los médicos tratantes, que son continuos y permanentes para garantizar la remisión de la condición y evitar que la enfermedad permanezca activa”.

Otro tema que les preocupa es la salud mental de los pacientes. Vivir con constante inflamación y dolor los lleva a sufrir trastornos mentales como depresión. “Los cuales los llevan a ser recetados con ansiolíticos o antidepresivos, que tampoco están disponibles en el mercado”.

La doctora Liendo explicó que además es un gasto mayor para el Estado, puesto que un paciente no tratado con un medicamento “de bajo costo” para controlar su enfermedad, termina en un mayor número de consultas, más medicamentos por complicaciones e incluso en cirugías para mejorar la función músculo-esquelética o prótesis. “Se pierde un individuo que puede ser productivo”.

Las organizaciones exigen que se respete el artículo 83 de la Constitución de Venezuela, que establece que la salud es un derecho social fundamental, responsabilidad del Estado. “Necesitamos que se nos garantice el acceso óptimo y oportuno a las medicinas. La falta de celeridad por parte del ministerio de Salud, del Ivss y de las autoridades en general, constituye una amenaza para nuestro bienestar y para nuestra vida”.

FUENTE: Mariel Lozada - http://efectococuyo.com

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